Los camiones autónomos de Uber circulan en Estados Unidos para transportar mercancías en viajes de larga distancia desde noviembre de 2017, especialmente en las carreteras de Arizona. Los camiones operan con un conductor con licencia al volante solo para asumir el control en caso de emergencia.
Este hito, según El País, pone a la compañía cada vez más cerca de su objetivo final: sustituir a los humanos dentro de la cabina del camión.“Uber visualiza un futuro en el que los camiones y camioneros que conducen de manera autónoma trabajan juntos para mover la carga por todo el país. Y ese futuro está comenzando ahora. Documentamos una transferencia reciente entre dos camiones en Topock, Arizona, que fue coordinada por Uber Freight”, dijo la compañía en un video.
La plataforma se lanzó al negocio de transporte de mercancías en mayo de 2017, con la aplicación Uber Freight. De esta forma, los usuarios pueden contratar conductores de camiones para transportar productos y paquetes. Uber, que opera los vehículos sin conductor a través de su filial Advanced Technologies Group, no ha especificado cuántos viajes se han realizado, el número de camiones en circulación ni qué productos transportan.
Los camiones de Uber pueden recoger y dejar remolques en los centros de transferencia de la compañía. Allí los vehículos autónomos se encargan de los remolques para los viajes de larga distancia, mientras que los conductores humanos toman los destinados a una entrega más cercana.
El grupo comenzó a probar los camiones autónomos en 2016 y realizó la primera entrega en el centro de Colorado (EEUU) en octubre de ese año: el vehículo recorrió unos 200 kilómetros y entregó 2.000 cajas de cerveza. Un tráiler de 18 ejes, equipado con cámaras, radares y sensores para leer el camino cruzó el estado de Colorado desde Fort Collins hasta Colorado Springs.
“Con un vehículo equipado por Otto, los conductores podrán descansar durante largos tramos del camino, mientras el camión continúa la marcha y genera dinero por ellos”, aseguró entonces el fabricante, Otto, la startup especializada en la construcción de camiones autónomos que fue adquirida por Uber en agosto.
La mayoría de los grandes grupos de automóviles trabajan junto a compañías de tecnología en la conducción autónoma. Para sus partidarios, esta opción permite viajes más largos, reducir el número de accidentes y aumentar las posibilidades de transporte en áreas aisladas. Tanto Uber como su principal competidor en Estados Unidos, Lyft, apuestan por los vehículos autónomos porque se eliminaría el coste del pago al conductor, que representa la mayor parte de sus gastos.
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