“En pocos minutos más se cometerá una inconstitucionalidad y una ilegalidad, violarán mis derechos humanos y volveremos al Congreso de 2007. Mi compromiso por la Patria sigue en pie”. Es lo que escribió José Serrano, expresidente de la Asamblea, a las 19:27 del viernes 9 de marzo en su cuenta de Twitter. Fue minutos después de que terminara su intervención en la que intentó justificar por qué habló con Carlos Pólit, excontralor prófugo de la justicia que concedió una entrevista en CNN en calidad de árbitro del bien y el mal, como si algo más de lo que ya había dicho pudiera aportar. CNN anda mal.
Hasta antes de las comparecencias de Carlos Baca Mancheno y José Serrano ante el pleno de la Asamblea parecía que todo estaba claro. El primero debía dar las razones del porqué Serrano lo quería fuera de la Fiscalía y el segundo demostrar el por qué hubo un informe con responsabilidades contra Baca Mancheno por su actuación en los hechos derivados de la revuelta policial del 30 de septiembre de 2010 que luego fue calificado como un intento de golpe de Estado o como un intento de magnicidio.
La primera sorpresa fue la alteración del orden de las convocatorias. El primero en llamado a comparecer fue Serrano, pero lo hizo Baca Mancheno. El Fiscal, que había prometido grandes revelaciones, se limitó a manejar un curso rápido de Adobe Premiere para seguir la linea del tiempo. Volvamos a la línea del tiempo, fue su frase favorita. La linea del tiempo es la secuencia de hechos que hace cualquier medio de comunicación al presentar cualquier relación de hechos, relacionados con algún caso.
En la línea del tiempo de Baca Mancheno el único señalado fue el excontralor Carlos Pólit. Y en la conspiración se metió a Fernando Villavicencio, la fiscal Thania Moreno, Andrés Paéz… Y Serrano fue presentado como un simple confabulador que solo hacía caso a las órdenes de Villavicencio y compañía. Ahí estaba la conspiración para sacarlo porque no respetaba acuerdos, pero no sabía a qué acuerdos se referían.
Nada de nombres. Nada de rostros tras los hechos, solo fuentes anónimas que prohíbe la ley de Comunicación, solo a los medios de comunicación, claro. Ni una sola prueba contra Serrano del por qué quería sacarlo de la Fiscalía. Dejó a Serrano como un empleado de la fiscal subrogante Thania Moreno y de Fernando Villavicencio.
Fue tan opaco el discurso de Baca Mancheno que Serrano parecía haberse asegurado en el cargo, pero lamentablemente llegó la hora de su intervención, en la que más allá de explayarse en cómo forjar un parte policial con una fuente anónima, como los testimonios sin nombres del fiscal, terminó sin decir nada. Lo primero que hizo fue retractarse sobre los hechos del 30S e irse con todo contra Pólit.
El fiscal solo fue mencionado para, con una fuente anónima, denunciar que falseó documentos para acusarlo, luego de tácitamente desmentir que hubiera falseado documentos sobre los hechos del 30S. Nula mención al tema del uso de los gastos reservados para la Comisión del 30S. Era como si la consigna de esas dos comparecencias fuera defender el guión del 30S con la Megan incluida.
Los dos se alabaron tácitamente en la defensa del guión del 30S. Un caso en el que los dos tuvieron un protagonismo oficial cuando compartían el mismo jefe. ¿Quién se sacude primero? Ninguno quiso hacerlo en su cara a cara.
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