La animación digital ha evolucionado de forma impresionante en los últimos 20 años. Hablar de Toy Story (1995) es, quizá, hablar de un antes y un después en el mundo de la animación, así como hablar de Pixar es referirse a un monstruo de la comunicación digital animada.
Pixar, la multinacional especializada en la producción de gráfico 3D, con sede en California, Estados Unidos, tiene a lo largo de su exitosa trayectoria numerosas condecoraciones por sus cortometrajes, largometrajes y logros técnicos, como 22 premios Oscar de la Academia, cuatro Globos de Oro o tres premios Grammy, entre las más relevantes.
Sin dudarlo, la productora es uno de los referentes en el mundo de la animación, pues desde su aparición ha producido 19 películas que han llenado de éxito sus vitrinas. Su más reciente éxito es la película Coco.
Para muchos, Coco es considerada una obra de arte. Dirigida por Lee Unkrich (Toy Story 3) y Adrián Molina (el animador de los títulos finales de Ratatouille) cuenta con un elenco de voces en versión original en el que se cuentan los actores Benjamin Bratt (Doctor Extraño) y Gael García Bernal (Mozart in the Jungle), además de la voz de Anthony González, como el niño protagonista.
Catalogada por muchos como arriesgada o hermosa, sentimental o irónica, alegre o triste, sin embargo Coco es la mezcla perfecta para enfocar tanto a público adulto como infantil, por su contenido, el cual aborda temas de actualidad como el perdón, la memoria, el legado familiar, las tradiciones, la cultura, entre otros.
Sin dudarlo Coco se ha convertido en una película animada muy humana, que ha conseguido contar la leyenda mexicana asociada al día de los difuntos, con una mezcla muy simpática entre la gráfica y el mensaje, que atrapa a los espectadores.
La fusión audiovisual entre referentes de la cultura mexicana como Frida Kahlo y Jorge Negrete con la variedad musical y el entorno induce al público a prestar mucha atención para no dejar pasar nada. El colorido recorrido nos lleva a descubrir alebrijes, xoloitzcuintles, flores de cempasúchil, tamales, papel picado, considerados componentes infaltables en la sociedad mexicana.
Esta mezcla torna inevitable que acuse de cierto “localismo” en la producción, dado que lleva a analizar cuál es el verdadero significado de ciertos elementos; aunque, por otra parte, su uso está plenamente justificado ya que la idea central de la producción es rendir homenaje a una cultura rica y extensa, la cual inequívocamente se posicionará de mejor forma en el contexto mundial.
Hay que reconocer el gran trabajo del equipo de producción por haber desarrollado una fase de investigación profunda, lo que se evidencia en la puesta en escena de la idiosincrasia de toda una población, pues no se centra en lo folclórico sino presenta un amplio contenido para analizar, trasladando algo más arraigado y trascendental como es la celebración del Día de los Muertos.
Por esto y muchas cosas más, Coco se ha convertido en un éxito de la animación digital. Día a día, grandes y chicos comentan su contenido, su forma de contar las cosas, su significado, sobre todo la nueva alternativa para comunicar elementos culturales de determinadas regiones.
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