El viaje de 20 años de Cassini ha llegado a su fin este viernes 15 de septiembre tras haber agotado la totalidad de su combustible. A las 7:57 hora local de Washington (11:57 GMT) se adentró en la atmósfera de Saturno, donde acabó por desintegrarse, tal y como estaba previsto, informó la Agencia Espacial estadounidense (NASA).
La Misión Cassini-Huygens, que a lo largo de los últimos veinte años ha recopilado datos tan importantes como la posible vida bacteriana en dos de las lunas de Saturno, Encélado y Titán. Es precisamente ese hallazgo el que llevó a la NASA a tomar la decisión de dar paso a la fase Grand Finale, con el propósito de destruir la nave antes de que se perdiera su control desde la Tierra y así evitar una posible colisión con una de las citadas lunas que pudiera comprometer futuras investigaciones.
“Nuestra nave ha entrado en la atmósfera de Saturno y hemos recibido su última transmisión”, anunció la NASA a través de Twitter. La misión fue lanzada el 15 de octubre 1997 junto a la sonda Huygens, que se convirtió en el primer artefacto construido por el hombre que se posó en una luna de otro planeta.
Los expertos estiman que se tardarán décadas en analizar todos los datos recopilados por Cassini. Desde que la sonda Cassini se adentró en la órbita de Saturno, el 30 de junio de 2004, la NASA extendió su misión en dos ocasiones, hasta que su combustible comenzó a escasear y los directores del proyecto tuvieron que hacer frente a las distintas opciones existentes.
La NASA, finalmente, optó por destruir la nave tanto por preservar las condiciones de las lunas Encélado y Titán como por aprovechar la oportunidad única de obtener datos en el descenso de la sonda hacia la superficie de Saturno, una información que hubiera sido imposible lograr de otra manera.
En 2014, gracias a Cassini se conoció sobre la existencia de un océano subsuperficial en la luna de Encélado y la presencia de metano líquido en la de Titán. Estas dos lunas de Saturno, que le han valido a la Cassini sus mayores reconocimientos, son la gran preocupación de la NASA.
A raíz de los descubrimientos de la Cassini, la agencia espacial estadounidense llegó a la conclusión de que estos dos satélites podrían albergar ambientes habitables. Después de haber visto extendida su misión en dos ocasiones, la sonda comenzó el pasado abril su gran final, con el fin de consumir la mayor cantidad posible de combustible y de obtener los últimos datos.
Durante estos últimos meses, Cassini ha orbitado a través de los aproximadamente 2.000 kilómetros que separan a Saturno de sus lunas, con el fin de obtener sus últimos datos.
Cassini trabajó hasta su último minuto, y todos sus instrumentos y su equipo de transmisión estarán conectados hasta el final. En torno a una hora más tarde, la NASA recibirá los últimos datos de la misión y la señal desaparecerá.
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