El sábado 13 de mayo del 2017 en Madrid el psicoanalista Jacques Alain Miller, fundador de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, hizo una declaración: el psicoanálisis entraría, a título propio, en el campo de la política. Los psicoanalistas, apartados de cualquier fidelidad partidaria, sólo respondiendo a su “luz interior”, propia y singular, dirían algo dirigido a todos los hombres y mujeres, a la polis, al mundo donde los políticos de hoy, esos híbridos de ambición y canallada, han dejado poco lugar para una dirección razonable y sensata.
Miller dio una conferencia que se trasmitió a nivel mundial, vía internet, on line por Radio Lacan ( se encuentra el video en el blog de la AMP ). Hubo un debate público e internacional. Los analistas no son un rebaño de partidarios: cada cual tiene que asumir sus palabras en sus consecuencias.
Los psicoanalistas, apartados de cualquier fidelidad partidaria, sólo respondiendo a su “luz interior”, propia y singular, dirían algo dirigido a todos los hombres y mujeres, a la polis, al mundo donde los políticos de hoy, esos híbridos de ambición y canallada, han dejado poco lugar para una dirección razonable y sensata.
No habrá un partido lacaniano, ni de izquierda ni de derecha. Los analistas vienen de la experiencia del discurso analítico, y permanecen en la práctica de ese discurso, que anuda a dos, uno-por-uno, un analista y un paciente-analizante. Desde esa práctica van a intervenir en los asuntos de la humanidad de nuestros días. Algunos ya han estado en esa tarea.
En cambio sí habrá una red, una articulación de analistas de todo el mundo, bautizada ZADIG: Zero Abjection Democratic International Group. Se anuncia también una revista, cuyo nombre levanta vuelo al instante, en los incendios de nuestros países, Heretic. Porque hereje es el que elige.
ZADIG es una circulación de conversaciones, cuestiones y respuestas, interpretaciones y debates, sin jerarquías; una metonimia de significantes que nos alivia de tanta metáfora, de tantos imperativos superyoicos, de tantas identidades furiosas renacidas como respuestas desesperadas al nihilismo contemporáneo. ZADIG mostrará que hay otras salidas, distintas de la autodestrucción presente. Salidas al discurso capitalista, que como hemos visto en un siglo completo, 1917-2017, con el socialismo histórico y verdadero, se lo condena por fuera y se lo adora por dentro.
ZADIG mostrará que hay otras salidas, distintas de la autodestrucción presente. Salidas al discurso capitalista, que como hemos visto en un siglo completo, 1917-2017, con el socialismo histórico y verdadero, se lo condena por fuera y se lo adora por dentro.
El contexto desencadenante del acontecimiento de Madrid lo han dado dos situaciones: la primera, la campaña de los psicoanalistas contra la amenaza fascista de Marine Le Pen en Francia y que orientó el voto a favor del liberal Macron; la segunda, la condena al régimen represivo y dictatorial de Maduro en Venezuela que ha sumido al pueblo en un estado calamitoso.
El psicoanálisis no tiene oportunidad de existir y permanecer allí donde hay un régimen totalitario, que suprime con la estrategia que conviene, las libertades ciudadanas. JA Miller ha respondido a las denuncias de sus colegas psicoanalistas de Venezuela y de toda nuestra región. El gobierno de Maduro ha conducido a la sociedad venezolana a una mezcla monstruosa de odios y miseria. Hay que decirlo, sin traicionar el sentir íntimo por seguir cualquier jefatura partidaria.
El psicoanálisis no tiene oportunidad de existir y permanecer allí donde hay un régimen totalitario, que suprime con la estrategia que conviene, las libertades ciudadanas.
Desde ya me apunto, junto con otros, en Ecuador, para contribuir a la acción ZADIG.
Con Freud y Lacan, JA Miller y los psicoanalistas estamos en el momento de mostrar, con una acción ejemplar a lo Mayo del 68, que una minoría actuante puede interpretar el discurso del amo y ocupar el reverso de la posición de los tiranuelos, de los líderes tonantes que luego hacen de falsas damas ofendidas para castigar a los críticos o a los que les arrojan, civilizados, merecidos insultos.
Hoy en Ecuador empieza un nuevo gobierno, del mismo partido. Sin la tonta cancioncilla de “prohibido olvidar” suspendamos la memoria y los prejuicios. Olvidemos los ataques a la libre expresión, la censura ridícula y malvada, los adoctrinamientos y la propaganda disfrazados de educación, cultura e “informes a la nación”, las evaluaciones y los concursos tendenciosos que favorecen a los amigos y castigan a los “enemigos”, el creciente estado de vigilancia a “la vida de los otros”. Pero preparémonos para mañana.
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