En la actualidad, los clubes de fútbol en el Ecuador deberían ser gestionados como una empresa, con todos sus valores y principios organizacionales.
Los centros de educación superior juegan un papel fundamental en la formación de los futuros líderes del tejido industrial del Ecuador e incluso del mundo deportivo. Por ello, la Universidad San Francisco de Quito educa a sus estudiantes entendiendo al deporte como una disciplina esencial.
En este país, el fútbol necesita un cambio generacional, desde el punto de vista de la organización y marketing deportivo como tal, y de cómo se constituyen las estructuras internas tanto de los clubes como de la federación. Es notorio como en este país, el fútbol es gestionado a través de unas estructuras administrativas clásicas, anticuadas y opacas en donde es difícil obtener información.
Si se compara el panorama de los clubes deportivos de Europa con los de América Latina se pueden ver claramente las diferencias. Por ejemplo, una investigación realizada por Deloitte en Inglaterra titulada “Football money league” ha mostrado cómo los 20 mejores clubes de fútbol del continente europeo manejan la transparencia en sus cifras. Ellos pueden identificar la cantidad de recursos que provienen del área comercial, de la taquilla del partido, marca personal de cada jugador o de la transmisión del partido por televisión.
En Ecuador es muy complicado obtener esa información de los equipos profesionales debido a que los clubes no permiten que se hagan estudios desde el ámbito académico y esto obedece a un tema cultural; simplemente se hacen las cosas porque siempre se han hecho así. Esto dificulta que se puedan generar cambios en esta industria.
La dificultad en generar cambios en la industria del fútbol se observa en el hecho de que los clubes ecuatorianos hasta el momento no han sido capaces de ponerse de acuerdo para implementar la famosa Liga de Fútbol Profesional. Después de algunos años trabajando en ese proyecto hasta ahora no existen acuerdos para hacerla realidad. Esto demuestra una vez más que tanto los clubes como la federación tienen problemas en la planificación, en la organización, (…) un inconveniente que va más allá de un simple tema de comunicación.
El marketing deportivo es muy importante
En la actualidad, clubes como el Manchester United generaron, solo en 2016, 689 millones de euros. El 53% de ese total proviene del área comercial. El Manchester United lidera el ranking de los clubes con mayores ingresos del mundos seguido del Real Madrid, que ha liderado este ranking por los últimos siete años.
Hay muchas formas de entender la administración de un club y cómo generar créditos económicos. En cualquier industria, dentro del deporte, la clave está en cómo se ve al aficionado. Y lo primero a tener en cuenta es que es un cliente. Existen muchas maneras de ser un cliente, desde quien asiste al estadio, quien compra una camiseta, quien paga los derechos de televisión para ver el partido en la casa… En el caso del fútbol, los clubes deben entender la importancia de los seguidores a la hora de planificar sus presupuestos.
Un fanático no aporta desde un punto de vista comercial si a la final no deja dinero para la organización deportiva a través del consumo de sus productos o servicios. Desde el punto de vista del marketing hay que entender al hincha como un cliente, aparte del tema del amor por la camiseta y todo el componente emocional que le rodea.
Los fanáticos del fútbol son importantes porque conforman el potencial mercado de un club. A mayor cantidad de seguidores mayor cantidad de potenciales clientes tendrá el equipo.
Lo importante es generar una interacción entre la marca, el club y el cliente. Existen muchas herramientas para esta interactividad: están las redes sociales, gestión de la marca, áreas de ventas y todo esto debe atender un club, al igual que una empresa.
Es recomendable que cada club tenga su departamento comercial bien estructurado, con objetivos de ventas, presupuestos, proyecciones de ingresos, como cualquier otra empresa.
El Real Madrid, por ejemplo, separó su modelo de ingresos en dos componentes: ingresos tradicionales y no tradicionales. El primero proviene de los derechos de televisión para la transmisión de los partidos, la venta de entradas y los fondos que se generan dentro del estadio. Mientras que los ingresos no tradicionales provienen de todas las áreas distintas a estas tres, como por ejemplo, los derechos de imagen de un futbolista, alianzas estratégicas con sponsors basadas en el know-how, acuerdos comerciales con distribuidores exclusivos, la creación de tiendas propias, el tour del estadio. (…) El objetivo es siempre buscar formas no tradicionales de obtener ingresos, más allá de la taquilla.
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