El Presidente de la Junta Consultiva de la Universidad Casa Grande de Guayaquil, médico y politólogo Francisco Huerta Montalvo hace una radiografía sobre lo que está pasando en estos momentos en Venezuela en el ámbito internacional y lanza un S.O.S a nombre del país caribeño hacia los organismos internacionales.
¿Cómo ve la actuación de la OEA ante la crisis humanitaria que vive Venezuela?
Si la Organización de Estados Americanos (OEA) quiere actuar definitivamente en la crisis que vive Venezuela, solo tendría sentido una reunión de Presidentes de los países miembros, porque de lo contrario nada podría esperarse. Esta organización internacional cuenta los votos y según cuántos tenga se reúnen o no; es decir, sus resoluciones no tienen nada que ver con la defensa de los valores o los derechos de sus países miembros. Sin embargo, Se ha desnaturalizado un organismo como la OEA para tratar una crisis como la que está viviendo el pueblo venezolano.
Este organismo internacional trató de aplicar la Carta Democrática, pero lamentablemente la voluntad de la mayoría de países fue anulada; tiempo después los cancilleres intentaron reunirse nuevamente para llegar a un acuerdo, pero la repuesta del Gobierno de Venezuela fue la de salir del organismo internacional no obstante existe un período para que esa salida pueda concretarse, lo que sí puede hacer ahora la OEA es seguir vigilando lo que pasa en la crisis interna de ese país.
¿Podría el Ecuador apoyar una posible reunión?
Particularmente no creo que Ecuador, por ejemplo, participe en una acción concertada como el retiro de las delegaciones diplomáticas acreditadas en ese país por parte de los pueblos latinoamericanos. En todo caso, la OEA puede funcionar como un mecanismo de presión para que el gobierno venezolano entienda que existe un abierto rechazo a su proceder.
Según su visión, ¿cuál es la salida internacional a la situación que vive Venezuela?
Si no existe un acuerdo regional para una intervención decisiva en la crisis venezolana, entonces se debería dar paso a una intervención de las Naciones Unidas y, por último, enviar a los Cascos Azules para poner orden en las calles y evitar que sigan matando al pueblo venezolano. Porque como marchan los eventos en esta nación, parece imposible una salida institucional a la grave crisis. Sería deseable tener diálogo, pero ya no tiene sentido. No hay credibilidad.
¿Cómo ha visto la medición del Vaticano en el conflicto Venezuela?
El papa Francisco, por ejemplo, ha dicho muchas cosas sobre Venezuela y ha tratado de mediar de distintas maneras, pero la primera vez fue un fracaso completo, porque el presidente Nicolás Maduro y los oficialistas se burlaron de la voluntad del pueblo para encontrar un camino hacia la paz.
Ahora el Papa plantea buscar una nueva salida, pero es difícil que esa sea producto del diálogo, porque el diálogo está agotado en Venezuela.
Y los errores de la oposición, ¿ha funcionado el llamado internacional de sus líderes?
Maduro ha permanecido en el poder, de alguna forma, gracias a la división de la oposición, pero han sido tantos sus errores que ahora hasta los errores de la oposición se traducen en una mayor unidad con unas exigencias claras, en primer lugar la libertad de los presos políticos.
Uno de los grandes errores de la oposición venezolana es haber pretendido llevar la primera vez a la mesa del diálogo el tema de los presos políticos, pero para ir a conversar primero se tuvo que pedir su libertad, como primera condición.
Otro de los factores que jugaron en contra de la oposición fueron los pequeños intereses electorales de algunos candidatos y no participar en las elecciones parlamentarias, pero ahora hay una convocatoria traída por los cabellos de Maduro, que no tiene ni pies ni cabeza, sin embargo, con seguridad podrían existir algunos líderes que quieran intervenir por algún interés político.
Pese a aquello, ahora la oposición por lo menos tiene claro que no debe participar en el llamado a la Asamblea Constituyente, porque no es legítima en su convocatoria.
Si la oposición venezolana sigue el menú o la partitura que quiere tocar Maduro no van salir de eso.
Lo que sucede en Venezuela, sin embargo, puede servir como ejemplo para que la clase política ecuatoriana entienda cómo los poderes autoritarios toman la República cuando hay división entre sus dirigentes, a pesar de la voluntad democrática de sus pueblos.
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