Es como si fuera un fenómeno cíclico. Que se arregla y se desarregla como si fuera un sube y baja, ese juego tan popular en los parques infantiles, como el columpio. Emelec y Barcelona pueden llegar a los últimos lugares del campeonato ecuatoriano de fútbol, mientras Liga de Quito y Deportivo Quito disfrutan la gloria. Y Emelec y Barcelona pueden disfrutar la gloria, mientras Liga de Quito y Deportivo Quito ven lejanos sus días de gloria.
Deportivo Quito es probable que ya ni siquiera pueda seguir en la segunda B y Liga de Quito hace esfuerzos desesperados por recuperar posiciones en el campeonato de la serie A. Lo cierto es que ningún equipo ecuatoriano ha logrado mantener la estabilidad de sus tiempos de gloria. Igual ha pasado con Barcelona y Emelec.
¿Cuál es la razón? Grandes inversiones para mantener un equipo competitivo, jugadores que son transferidos para mantener el tren de gastos del equipo, cero estrategias para que el fútbol en los estadios sea un entretenimiento familiar los fines de semana…
Rafael Jorda, de la Universidad San Francisco, un experto en marketing deportivo, lo explica mejor. Una renovación hace falta, en todas las líneas. Una nueva visión empresarial en los equipos de fútbol es urgente.
Pero mientras tanto la economía ecuatoriana parece relajarse con un Gobierno que ofrece buenas noticias a los dirigentes sociales enjuiciados en la anterior administración. Las Aduanas se flexibilizan para actualizarse a los tiempos contemporáneos y ahora permiten ingresar drones entre los artículos personales de un viajero…
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