Un niño que cruce ilegalmente a Estados Unidos con sus padres podría ser separado de ellos si es descubierto por la policía fronteriza, según admitió el secretario de Seguridad Interior, John Kelly, en una entrevista a la cadena CNN.
El Gobierno de Donald Trump está estudiando implementar ese cambio, en un nuevo ejemplo de la estrategia del presidente republicano de mano dura contra la inmigración irregular.
Según Kelly, la nueva política permitiría a las autoridades estadounidenses mantener bajo custodia a los padres mientras estos recurren su proceso de deportación o llevan a cabo una petición de asilo. Los hijos estarían bajo custodia de los servicios sociales mientras se les buscaría un pariente o una familia que quisiera acogerlos.
Actualmente, padres e hijos pasan juntos un máximo de tres semanas bajo custodia de las autoridades y se les permite quedarse en Estados Unidos hasta que se resuelva el caso de su entrada ilegal.
La Justicia, según El País, declaró el pasado julio que los niños deberían ser liberados lo antes posible, pero no obligaba a que los padres también lo fueran. Para cumplir con ese fallo, el Gobierno de Barack Obama estableció que padres e hijos no podían pasar más de 21 días en un centro de detención migratoria.
Entre el pasado octubre y enero, alrededor de 54.000 niños y sus padres fueron capturados por la policía fronteriza estadounidense, más del doble que en el mismo periodo del año anterior, según estadísticas citadas por la agencia Reuters. En 2014, EEUU sufrió una ola de menores centroamericanos que viajaban solos al país.
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