Ecuador subió siete puestos en el Informe Mundial de la Felicidad 2017 respecto a su posición en 2016. El país se ubica por debajo de Nicaragua, Colombia, Panamá y Guatemala y supera en felicidad a El Salvador, Bolivia, Perú y Paraguay.
La mayoría de América del Sur consiguió subir sus índices de felicidad en doce años, una tendencia que contrasta con la bajada pronunciada de estos indicadores en Venezuela que se convirtió en el país que más empeoró a nivel global ubicándose en el puesto número 82.
Cada 20 de marzo desde 2012 la ONU publica su World Happiness Report, coincidiendo con el Día Internacional de la Felicidad. En él hay un listado de los países más felices del planeta que, en 2017, encabeza Noruega. En el país escandinavo existe una palabra complicada de traducir al castellano, koselig, que remite a la sensación de bienestar y calidez, ligada al sentimiento de pertenencia a un grupo, a una comunidad, transmite esa idea de felicidad a la noruega. Tierra de vikingos, de Ibsen, de Grieg, de Munch.
Los fiordos de Nærøyfjord y Undredal llenándose de turistas (por algo será). Auroras boreales. Su vibrante capital, Oslo. Ciudades como la bella Bergen y, al noroeste, Ålesund, con su arquitectura ‘art nouveau’.
Para este año, Dinamarca, que el año pasado se llevó el primer lugar de la lista fue relegado al segundo puesto.
El informe combina seis variables: el Producto Interno Bruto, las ayudas sociales, la esperanza de vida, la libertad, la generosidad y la falta de corrupción. Los primeros países del ranking (Noruega, Dinamarca, Islandia y Suiza, entre otros) tienen resultados excelentes en todos estos ámbitos y suman más de 7.000 puntos, marcando una diferencia de 3.000 con los que se encuentran a la cola.
“La tumultuosa historia de África ha marcado diferencias sustanciales en la concepción del bienestar en los distintos países”, se lee en el informe en el que Argelia y Libia destacan como países más felices del continente.
Estados Unidos y países como Alemania, Francia o España, se sitúan al principio de la lista (respectivamente en el lugar 14, 16, 31 y 34). Sin embargo, Estados Unidos ha registrado un empeoramiento general de 0,27 puntos en los seis indicadores. Los investigadores apuntan a que esto es debido a que la “crisis norteamericana” no es “una crisis económica, sino una crisis social largamente conocida que no ha tenido una respuesta apropiada por parte de los Gobiernos”.
Edita Hrdá, presidenta del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, cargó en un reciente discurso contra la “tiranía del PIB”, al explicar que la calidad del desarrollo es más importante que el crecimiento en sí.
“Prestar más atención a la felicidad será una de las claves para un desarrollo sostenible”, recalcó según se lee en el informe de 184 páginas. Pese a desvincular la felicidad de la riqueza, los investigadores explican que los factores que se toman en cuenta tienen una relación con la riqueza de los países y, en el caso de África, explican los escasos resultados con la historia “atormentada” del continente, cuyo desarrollo económico no se ha asentado de manera uniforme.
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