Las elecciones en Estados Unidos hay que verlas desde una mirada más estratégica, tanto en lo político como en lo social y lo económico. Es necesario un punto de vista un poco más global porque hace falta pasar revista a los aspectos geopolíticos y si se habla de temas económicos más aún porque las objetivos de un Presidente no son sencillos de lograr, como cualquiera pudiera pensar. ¿Por qué? Porque Estados Unidos es un país muy institucionalizado, una democracia con años de tradición.
En Estados Unidos, las instituciones son demasiado sólidas como para pensar que todo lo podrá hacer el poder ejecutivo. Un candidato a la Presidencia puede hacer muchos ofrecimientos en campaña electoral, pero ya en la práctica, cuando asume el cargo, se da cuenta de que hay procesos que debe respetar y seguir, que tiene por delante un Senado al que le es imposible ignorar por su poder de veto.
La política de Estados Unidos, sobre todo la económica, variará en base a la ideología republicana, que es más conservadora, de menos apertura y afectará a América Latina en la medida en que la política económica sea drástica en base a decisiones de inversión. En Ecuador por ejemplo sabremos que la política monetaria americana tendrá su influencia en el manejo del dólar.
Trump no necesitaría solo ganar la Presidencia para hacer observaciones o cambios en el Nafta por ejemplo, sino además contar con el apoyo del senado y de los republicanos y demócratas. A Obama no le ha resultado fácil gobernar con los republicanos con mayoría en el Senado y el Parlamento. Igual ocurre con el tema de las preferencias arancelarias de las que se beneficia Ecuador. Es el Parlamento el que las suscribe o no. No es una decisión del Presidente únicamente.
En el caso de la migración, para nosotros, desde una mirada latinoamericana, Estados Unidos puede llegar a ser una panacea porque ahí se da cabida a todo el mundo, porque es un país que se relaciona con todas las personas, pero cuando los estadounidenses comienzan a sentir que tienen problemas económicos, por los temas del empleo, por abrir demasiado los mercados al mundo, eso puede llegar a despertar un nacionalismo que ha sido aprovechado por una campaña.
Pero Estados Unidos también poco a poco se ha dado cuenta de que con la intervención de China y la intromisión de los emergentes como India y Rusia han ido paulatinamente perdiendo mercados, espacios y oportunidades en el mundo. Por eso el discurso que ha primado en estas elecciones más que de liberación o el proteccionismo a rajatabla ha sido el de la cautela, porque la gente, los empresarios se han dado cuenta de que pueden perder oportunidades.
Estados Unidos tiene empresas en todos lados y son empresas que obviamente hacen negocios dentro de su país, por esos sus gobernantes tienen que mirar los dos lados de la medalla. Ese país sigue siendo la primera economía del mundo, a pesar de los acercamientos que ha podido tener China y la fortaleza que tiene la Unión Europea.
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