La delegación del club Chapecoense, accidentado en Colombia, debió cambiar sus plantes de vuelo a Medellín por una decisión de la autoridad de la aviación brasileña, que le impidió desplazarse en un vuelo chárter, por lo que debió embarcar en un avión comercial.
Cambiar de avión y partir desde Sao Paulo dos horas después de lo previsto por los directivos del club del estado sureño de Santa Catarina fue el comienzo de una tragedia. El club brasileño, clasificado hace ocho días para jugar la final de la Copa Sudamericana frente al Atlético Nacional colombiano pretendía viajar en un vuelo fletado, que no fue autorizado por la Agencia de Aviación Civil (ANAC) de ese país.
Los directivos alteraron entonces la programación del ‘Verdao del Oeste’ e hicieron conexión a Colombia desde el Aeropuerto Internacional Viru Viru, en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra en un vuelo de la aerolínea LaMia.
La aeronave tipo RJ85 de matrícula CP2933 con nueve tripulantes y 72 pasajeros era esperado en el Aeropuerto Internacional José María Córdova de Rionegro a la medianoche (05:00 GMT del martes). Testigos y autoridades locales señalaron que el aparato se desplomó en el sector Cerro El Gordo del municipio de La Unión, en el Oriente del departamento de Antioquia, cuya capital es Medellín.
Los jugadores del Chapecoense, a cargo de Caio Júnior, se habían resignado a llegar esta madrugada al hotel y entrenarse este martes, en el Atanasio Girardot, sede del partido de ida de la final, el compromiso más importante que había alcanzado el equipo en su historia de 43 años.
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