Desde 2008, con la nueva Constitución y desde 2010, con la nueva Ley de Educación Superior, se ha ido apuntalando un sistema de educación superior que no solamente dicta y genera conocimientos para que se quede en la Universidad sino que aporte y diseñe los perfiles de los campos profesionales, tanto del profesor como del estudiante que ingresan a las universidades ya sean estas públicas, cofinanciadas o privadas.
De esta manera, la Universidad como tal responde al encargo social que es formar, generar y transferir conocimientos. Basado en estas premisas el objeto de estudio de este artículo es el análisis del constructo competencia como tal y la clasificación y delimitación de las competencias cognitivas como catalizadoras de los perfiles profesionales; ¿cómo la simbiosis entre el conocimiento y la praxis van a incidir obviamente en la vida laboral de los estudiantes?
Es el proyecto Tuning de América Latina el documento que identifica las competencias como los sistemas de comprensión y acción que incluyen el saber, el saber ser y el saber hacer como competencias para la formación integral… para generar el compromiso del docente, quien es la clave en el desarrollo de su quehacer y el desarrollo profesional de sus estudiantes. ¿Qué es lo que se ha identificado en Ecuador?
Una investigación de 2012 identificaba algunos nodos críticos en esta área. Uno era la brecha que existe entre el egreso de la Universidad y la titulación del estudiante; es decir, el número de egresados era mucho mayor al de los que obtenían sus títulos. Y otro nodo crítico muy importante era la de los estudiantes que obtenían su título, pero no encontraban una inserción laboral efectiva.
Una de las propuestas que tenemos es que la educación superior no sólo debe trazar los perfiles profesionales articulados hacia los contextos empresariales o laborales de los estudiantes, sino que también debe proponer un enfoque para desarrollar un currículo centrado en las competencias.
¿Que enfoque qué? Que enfoque realmente los aprendizajes necesarios de los estudiantes. Nuestro sistema de educación superior ha estado, en los últimos años, en un proceso de cambio; antes de 2008 el problema que tenía la universidad ecuatoriana específicamente era la organización de los aprendizajes ; es decir, desarrollaban mucho contenido en las asignaturas, los mismos que no era relevantes, en algunos casos, para el estudiante. Es así, que se encontraban currículos, que no aportaban al desarrollo de la lógica de la ciencia y en algunos casos el estudiante se encontraba con la dificultad de transferir los mismos a su ámbito profesional.
La propuesta, que incluso maneja el Reglamento de Régimen Académico del CES, es organizar los aprendizajes de acuerdo a los campos disciplinares, de tal forma que los contenidos actualizados de la ciencia se hagan por medio de las asignaturas del currículo y que estos a su vez tributen a la concreción de resultados de aprendizaje que definan los perfiles profesionales. Los mismos que son necesarios para que el estudiante adquiera una actitud activa, responsable y creativa del conocimiento y al mismo tiempo pueda construir un proyecto de vida personal, social y profesional.
Ahora, cómo se califican las competencias. Esto es bastante interesante, porque para formar a nuestros estudiantes, también debemos formar a nuestros docentes, y para eso necesitamos identificar cuáles son las competencias que gradualmente se van a ir desarrollando alrededor de una oferta académica, de una malla curricular. El proyecto Tuning América Latina identifica tres tipos de competencias: las básicas o fundamentales, las genéricas o específicas y las laborales.
Nos vamos a concentrar en las competencias genéricas, porque tienen un componente instrumental: trabajan con las habilidades del pensamiento del estudiante, en las áreas de análisis, la importancia en la resolución de problemas, la importancia de la toma de decisiones…
¿Por qué esto es importante? Por ejemplo, con la masificación de la Internet se ha creído que los estudiantes ya lo pueden resolver todo. La Internet es una fuente de información muy importante, pero no todo lo que está ahí es válido. Y no sólo eso, si nosotros como docentes no le enseñamos a los estudiantes cómo organizar esa información, en el sentido de su calidad, vamos a volver a tener los mismos problemas de siempre: un chico que no tiene organizado su conocimiento y no sabe cómo, desde la teoría, abordar y solucionar problemas reales de su ámbito profesional. No va a poder resolverlos, no podrá tomar decisiones. Se formará un perfil profesional netamente técnico sin el desarrollo del pensamiento creativo. El pensamiento creativo maneja el pensamiento crítico y el pensamiento reflexivo.
De ahí que las competencias cognitivas son muy importantes para el apuntalamiento de los perfiles profesionales. Las competencias cognitivas, para decirlo de una manera bastante simple, se relacionan con el intelecto humano, que pueden estar reflejadas en el análisis, la síntesis, la solución de problemas, la toma de decisiones, la generación de nuevas ideas, el diseño de proyectos, el espíritu emprendedor…
Hay un estudio llamado Competencias laborales futuras para 2020, de la Universidad de Phoenix, Arizona, que se enfoca en las Pymes y la identificación de las tendencias emergentes y las discontinuadas que transforman globalmente la sociedad, así como los mercados laborales.
El estudio, al mismo tiempo, analiza los factores detonantes que van a modificar el espectro laboral e identifica las habilidades laborales requeridas para los próximos 10 años. Es así como aterrizamos en cuáles son esas mínimas habilidades requeridas por el futuro mercado laboral y que la Universidad debe comenzar a incorporar, para que el estudiante pueda enfrentar esos nuevos requerimientos en sus campos laborales.
Es un tema muy interesante, porque el Ecuador, en estos momentos, sobre todo, necesita desarrollar una cultura emprendedora donde sea la iniciativa la que lidere el flujo de nuevas plazas de trabajo. Gran parte de la economía ecuatoriana está apuntalada sobre la Pymes o sobre los negocios familiares.
En Ecuador estamos iniciando los procesos. Toda la parte cognitiva está obviamente desarrollada en el currículo porque son las habilidades del pensamiento. Pero la propuesta es que no únicamente se quede en el papel porque es necesario identificar cuáles son las competencias que van a permitir, por medio de la parte cognitiva -la parte teórica-, más los espacios de práctica fortalecer el perfil laboral del estudiante.
El problema era que cuando un chico salía de la Universidad muchas empresas les pedían experiencia previa y como no todos habían trabajado en su vida universitaria, su desarrollo profesional se veía mermado.
Por eso el Reglamento de Régimen Académico instaura horas de prácticas pre-profesionales, escalonadas, durante el desarrollo curricular, y que deben ser insertadas desde el primer ciclo hasta la titulación. De está forma desde la Universidad se está asegurando que el estudiante no solo salga solo con un título sino con experiencia laboral abordada desde la academia en conjunto con los actores de los campos laborales, llámese esto empresas.
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