DPA. Es el escenario más importante para la industria de productos deportivos, pero el gran negocio no está en los Juegos Olímpicos.
Más de 10 mil atletas competirán en agosto en Río de Janeiro, en la primera cita olímpica en Sudamérica, una oportunidad para que las grandes marcas presenten ante miles de millones de espectadores de televisión todas las novedades en zapatillas, equipaciones, camisetas, tops, bodies de gimnasia o bañadores.
¿Un festival también para la industria de ropa deportiva? “Es muy positivo para todo el deporte, pero hace años que no se aprecia en ventas“, dijo el presidente de la asociación alemana de comercio especializado en deporte (VDS), Werner Haizmann.
Unos Juegos Olímpicos se diferencian en este aspecto mucho de un gran torneo de fútbol, donde las ventas de botas o camisetas aumentan considerablemente.
La magnitud del evento olímpico no tiene nada que envidiarle a un gran torneo de fútbol, pero económicamente no aporta lo mismo a las marcas mundiales. “Si Usain Bolt gana la carrera de 100 metros, no significará un aumento en ventas dramático de las zapatillas de Puma“, dijo el gestor de fondos y especialista en el rubro Thomas Jökel, de Union Investment.
La cuestión es que unos Juegos Olímpicos tienen un abanico mucho más amplio de deportes, lo cual significa también muchas modalidades poco populares como lanzamiento de disco o tiro con arco.
“Las olimpiadas son obviamente una plataforma para presentarse, pese a que no signifique comercialmente lo mismo que un Mundial o una Eurocopa“, añadió Jökel.
El todavía presidente de Adidas, Herbert Hainer, que será sustituido después de los Juegos por Kasper Rorsted, afirmó en 2012, no obstante, que cree que los Juegos se encuentran “un escalón por encima” que los torneos futbolísticos.
“Los Juegos son mucho más amplios y ocupan todas las facetas del deporte. El fútbol es muy popular, pero no le gusta a todo el mundo”, dijo el presidente antes de los Juegos de Londres.
El tiempo que el deporte estará en el foco de atención mundial será de 17 días y obviamente esto puede ser muy positivo para las grandes marcas deportivas. “Esto muchas veces significa que las personas se proponen hacer más deporte, y por lo tanto, compran más productos deportivos”, dijo una portavoz de Adidas.
Por eso, la marca alemana de las tres rayas se ha involucrado mucho con los Juegos de Río. Varios países, incluidos Alemania, Australia y Reino Unido, vestirán durante las competiciones con indumentaria de Adidas, que provee a las federaciones gratuitamente.
Pero el consumidor podrá encontrar muy poca parte de los productos vistos en el evento deportivo en las tiendas. En los Juegos no hay como en los torneos futbolísticos una lluvia de ventas de camisetas. Sirve para crear “un efecto indirecto en la elevación de la presencia de la marca”, tal y como dijo un portavoz de Puma.
“Se trata de dar visibilidad a nuestro estilo actual”, dijo el experto en marketing de Adidas Fabian Fischer. “Nuestros productos también son utilizados en el día a día, no solo haciendo deporte“, añadió. El fenómeno se llama athleisure, que significa que muchos artículos deportivos no son sólo consumidos para ese propósito.
No obstante, la marca germana no se ha convertido en socio oficial de Río 2016 como sí hizo en Pekín 2008 y Londres 2012. “En Brasil nos hemos decidido en contra porque ya estamos bien establecidos en temas de visibilidad tras el Mundial de hace dos años“, dijo una portavoz.
De otra manera lo vio la marca estadounidense Nike. Según los medios, el contrato firmado con el Comité Olímpico Internacional (COI) llega a una suma millonaria de dos dígitos.
Por consiguiente, los atletas están sujetos a prescripciones muy rigurosas sobre la exhibición de patrocinios y su marketing personal. En la norma 40 de la Carta Olímpica está definido lo que cada deportista inscrito tiene permitido o no hacer.
“Ningún competidor, entrenador, asistente o dirigentes puede utilizar su persona, su nombre, su imagen o su actuación deportiva para propósitos promocionales durante los Juegos Olímpicos, a no ser que fuera aprobado por el COI“, advierte el texto. Las firmas deben pagarse cara su presencia en Río.
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