En un informe reciente, la Unesco alertó sobre la acelerada carrera global por desarrollar tecnologías capaces de leer o modificar la actividad cerebral. Estas herramientas, que combinan inteligencia artificial con neurociencia, prometen avances médicos, pero también abren escenarios inquietantes: la posibilidad de manipular pensamientos o emociones sin consentimiento.
El documento advierte que las fronteras entre la mente humana y la tecnología se están desdibujando a un ritmo sin precedentes. En algunos países ya se han iniciado investigaciones que miden la actividad cerebral durante la contemplación de obras de arte o en entornos laborales, lo que plantea dilemas éticos sobre la privacidad cognitiva.
La Unesco propone que la comunidad internacional impulse un marco legal que reconozca la “privacidad mental” como un derecho humano fundamental. También llama a los Estados a promover una gobernanza responsable de la neurotecnología, que evite el uso de datos neuronales con fines de control, vigilancia o manipulación comercial.
Relevancia para Ecuador:
El debate global sobre la neurotecnología debe incluir a América Latina. Ecuador, como miembro activo de la Unesco, puede desempeñar un papel importante en la regulación ética y educativa de estas innovaciones, garantizando su desarrollo responsable y humano.
Foto de portada: Un investigador analiza la respuesta neurológica ante la obra La joven de la perla, de Johannes Vermeer, en la galería Mauritshuis.
Crédito: El País / Mauritshuis
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