Estados Unidos y Venezuela realizaron esta semana un sorpresivo intercambio de detenidos, en el que ambas partes liberaron a personas de su interés en un gesto diplomático mediado por el presidente salvadoreño Nayib Bukele.
El acuerdo permitió a Venezuela recuperar a varios ciudadanos que habían sido deportados por El Salvador y que eran requeridos por el régimen de Maduro. A cambio, el Gobierno venezolano liberó a presos políticos y a dos ciudadanos estadounidenses que estaban detenidos en Caracas desde hace más de un año.
El papel de Bukele fue determinante, según medios regionales. Su intervención ayudó a destrabar las tensiones entre Washington y Caracas, que no mantienen relaciones diplomáticas plenas. La negociación ha sido criticada por algunos sectores que cuestionan la legitimidad del régimen venezolano y consideran el acuerdo como una concesión política.
Este canje marca un precedente importante en la compleja relación entre EE. UU. y Venezuela, y podría abrir una vía indirecta para futuras conversaciones. Aun así, persiste la tensión en torno a los derechos humanos y la represión política en el país caribeño.
Relevancia para Ecuador:
Ecuador, como país de tránsito y destino de migrantes venezolanos, debe seguir con atención los cambios geopolíticos y humanitarios que puedan derivarse de este acuerdo y su impacto en la región andina.
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