El próximo presidente ecuatoriano tendrá a Donald Trump como contrapartida en EE. UU. hasta enero 20, 2029, 15 días antes de las elecciones para nuevo presidente. Para todo país Trump es como una bomba con la mecha lista a ser prendida. Trump considera que el sistema económico mundial ha servido para que otros países se aprovechen de EE. UU. y lo desmantela. Entre los países que están en peligro de una detonación:
Los que no invierten en seguridad y EE. UU. gasta en proteger. Le quita el respaldo a Ucrania. Y a Europa ya no la protegerá de un posible ataque ruso. Esto condena a la OTAN.
Los que reciben ayuda externa y son desagradecidos, por lo que desmanteló Usaid. Ahora su relación será de predador, advierte Ian Bremmer, influente consultor de geopolítica. El caso Panamá, un ejemplo.
Con Latinoamérica las relaciones se circunscribirán al control de la migración ilegal y el tráfico de drogas. Por eso Bukele es un favorito. El otro, Milei por lo de la motosierra, que emula Elon Musk.
Daniel Noboa entiende esta situación. Estuvo en primera fila en la posesión de Trump, a la que estuvieron invitados muy pocos jefes de Estado. El anuncio de Noboa de ponerle arancel a México (que el Comex no ha implementado) fue un mensaje a Trump que Ecuador estaba en la misma onda.
Noboa reconoce que la deportación de indocumentados es potestad de Washington y su énfasis es colaborar con asistencia a los expulsados, aunque declinó aceptar a los venezolanos del Tren de Aragua, a diferencia de Bukele, quien ofreció sus cárceles. Noboa pide ayuda a Washington para la lucha contra las bandas narcotraficantes. Concrétese o no, es un mensaje que Ecuador lucha contra el narcotráfico. Noboa se ha hecho una reputación en Washington, está en posición de evitar ser sujeto de sanciones y de gestionar acciones que favorezcan al país.
La mera elección de Luisa González sería vista en Washington como un revés. Trump y Moreno mantuvieron una excelente relación, la continuó Lasso con Biden, y Trump ve a Noboa con buenos ojos. González tendría que manejarse con gran cautela para no activar la bomba. Pero la discreción no es la mayor de las cualidades de Rafael Correa, quien sería el gobernante de facto (en los chats correístas denominan a González la Rana René, una marioneta). A Rafael Correa le gusta descollar en el escenario internacional como contradictor. Se alió abiertamente con Rusia, Irán y Venezuela en un eje anti-Washington. Protegió a Assange en la embajada en Londres, cuando EE. UU. lo quería procesar por revelar misivas secretas de la diplomacia estadounidense, incluso en materia militar. Una de esas misivas era de la embajada en Quito informando de la corrupción bajo el correato. Correa expulsó a la embajadora.
Todo eso fue bajo Obama, para quien Latinoamérica estaba fuera de su radar. Pero con Trump la historia sería otra. Por un delirio de Petro a las tres de la mañana, a Colombia casi le cae un arancel general del 25 %. ¿Qué le esperaría al Ecuador al primer tuit hostil de Rafael Correa? Serían cuatro años de vivir en vilo, esperando que no haya una provocación que prenda la mecha.
Artículo publicado en El Universo el 23 de marzo de 2025
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Los riesgos de las segundas vueltas
La dolarización: ¿Un cuento?
Bomba activada. Trump y su impacto en Ecuador
La sostenibilidad de la DOLARIZACION va más allá de enmiendas constitucionales
¿Para qué sirvió el debate?