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“Un regalo de Navidad” de EE. UU. para el crimen organizado

miércoles, enero 29, 2025
DW entrevistó a Edgardo Buscaglia, uno de los más renombrados investigadores sobre el crimen organizado y el lavado de dinero, en especial en México y Estados Unidos
Tiempo de lectura: 6 minutos

 

Edgardo Buscaglia lleva décadas examinando y analizando cómo se posibilita el blanqueo de capitales en los distintos países y cómo los sectores económicos se involucran en el circuito del lavado del dinero, por ejemplo, del narcotráfico, que deja su huella en decenas de Estados. DW habló con el renombrado investigador y autor en exclusiva sobre la huella del dinero del narcotráfico en Estados Unidos.

DW: En su libro “Lavado de dinero y corrupción política: El arte de la delincuencia organizada internacional”, usted detalla los caminos del dinero que lavan las organizaciones criminales. ¿Cómo se posibilita en Estados Unidos la circulación de ese dinero?

Edgardo Buscaglia: La delincuencia organizada transnacional tiene como objetivo legalizar dineros que se generan a través de 23 tipos de delitos complejos, desde el tráfico de drogas, tráfico de migrantes, trata de personas, tráfico de armas, tráfico de flora y fauna, hasta el fraude cibernético. Son miles de millones de dólares al año que buscan legalizar en las economías que más protegen a la propiedad privada, paradójicamente, donde mejor funciona el Estado de derecho, en los países de la Unión Europea y, principalmente, en Estados Unidos.

La delincuencia organizada acude a paraísos fiscales con muy bajos niveles de transparencia. A través de fideicomisos y empresas fantasma, o a nombre de personas desconocidas, esos dineros sucios son depositados y pasan a ser disimulados por medio de la compra de bonos emitidos por Gobiernos europeos o asiáticos.

Después de ese procedimiento, por el cual esos dineros sucios pasan por muchos países a través de transacciones bastante rápidas, terminan integrándose definitivamente en los países con más protección a la propiedad privada, donde la ley y los jueces la protegen.

Es muy difícil que un fiscal estadounidense que se encuentra con entradas de capitales inexplicables a Miami o a Delaware, dinero que pasó previamente por siete, ocho o nueve países en promedio antes de llegar a Estados Unidos, pueda identificar el origen de ese dinero, aún más si no existe una cooperación internacional fluida entre esos países. Es por eso que muy pocos casos pueden estar sujetos a un procesamiento judicial adecuado, porque la delincuencia organizada no envía el dinero directamente desde México a Estados Unidos, o desde México hasta Alemania, sino que el dinero pasa por toda esa fase de ocultamiento, de disimulo del origen. Y eso hace muy difícil que las autoridades del país donde termina ese dinero puedan probar que es sucio.

Edgardo Buscaglia, académico y experto investigador sobre crimen organizado.Imagen: imago/ZUMAPRESS

¿A cuánto asciende el monto que circula por el sistema financiero estadounidense?

A Estados Unidos entra entre un 20 y un 22 por ciento de todo el lavado de dinero mundial. Es decir, que, de cada 100 dólares que se lavan en el planeta, provenientes de delitos complejos de delincuencia organizada, entre 20 y 22 dólares entran a EE. UU., y aproximadamente un 20 por ciento, a la Unión Europea. Eso significa que, de todo el dinero lavado a nivel mundial, entre un 40 y un 42 por ciento entra a EE. UU. y la Unión Europea. Ese monto, estimado en mis investigaciones y las del profesor Friedrich Schneider, de la Universidad de Linz, fue después corroborado por el Financial Integrity Report, que examina la shadow economy, la economía opaca o informal.

¿Cuál es el rol de las instituciones del Estado en Estados Unidos para que se pueda lavar allí dinero del crimen organizado?

El rol de las instituciones es clave. Estados Unidos fue el primer país del planeta que empezó a aprobar leyes contra el lavado de dinero, con un alcance extraterritorial, desde los años 70 hasta la actualidad. Pero también se ha demostrado que solamente entre el uno y el cinco por ciento del lavado de dinero mundial es detectado por el sistema judicial norteamericano. Es decir, que hay una impunidad de más del 90 por ciento.

Por un lado, es porque los fiscales y jueces no dan abasto; sus recursos son increíblemente escasos. Pero, por otro lado -y ahí está la hipocresía institucional-, en algunos estados de EE. UU., como en Delaware, Washington, Nevada, las Dakotas, rigen leyes -que no son federales- que permiten la constitución de empresas, de personas jurídicas, sin la necesidad de hacer público quiénes son los beneficiarios de esas empresas. Eso es un regalo de Navidad para el crimen organizado, que por eso ve a Estados Unidos tan atractivo para blanquear activos.

Esos casos no son abordados a través de una reforma legal, para la cual debería hacer presión el Gobierno federal, y esa es la hipocresía, porque ese dinero no llega a Estados Unidos causando derramamiento de sangre, como sí la causa en México. En Estados Unidos mueren más de 100.000 personas al año debido a sobredosis de drogas como el fentanilo, pero no se observan cuerpos colgados de puentes, o masacres, como en México.

Fentanilo confiscado en México.

En Estados Unidos se lava dinero del narcotráfico y la Justicia no da abasto, dice Edgardo Buscaglia a DW. En la foto, fentanilo confiscado en México.Imagen: Omar H Garcia Harfuch/REUTERS

¿Qué papel juega en todo esto la Justicia?

La falta de cooperación judicial internacional es parte del problema, junto con la hipocresía de los países que reciben dineros sin hacer muchas preguntas. Eso es un verdadero y enorme subsidio a la criminalidad organizada, que provoca crímenes de lesa humanidad en países como México, Nigeria o Guatemala. Son dos caras de la moneda muy contrastantes.

¿Cuál es el rol de las empresas en el trayecto del dinero que se lava?

En Estados Unidos, los sectores económicos que más frecuentemente participan son el agroindustrial, el turístico y el de la construcción. A menudo, se piensa que ese dinero beneficia a los bancos, pero eso no es así. Los bancos están sujetos a un régimen bastante estricto, contrario al régimen de constitución de empresas, que es muy laxo, muy permisivo. Mucho de ese dinero llega a las empresas a través de monedas virtuales, que le hacen un bypass al sistema bancario.

¿Qué puede hacer la Justicia de Estados Unidos para revertir esta problemática?

No veo en lo inmediato una luz al final del camino debido al mismo origen patrimonial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su comportamiento al reemplazar a fiscales que le son incómodos, e intervenir en las investigaciones judiciales a las empresas. El sector de la construcción, el sector inmobiliario al cual pertenece Trump, es y ha sido uno de los más usados por la delincuencia organizada a lo largo de las décadas de investigación sobre este tema.

Soy mucho más optimista en cuanto al rol que pueda tener la Unión Europea, como institución supranacional. La Unión Europea ha asumido un rol mucho más relevante en cuanto a avanzar para poder bloquear la entrada de capitales sucios a Europa por Estados Unidos.

Estados Unidos está retrocediendo en cuanto a su rol internacional de cooperación con otros países en estos temas y yo veo que la cosa se va a poner aún peor con Trump en la Casa Blanca durante los próximos cuatro años.

Asimismo, más allá de lo que se pueda pensar sobre el desempeño de las Naciones Unidas, hay leyes internacionales que fueron aprobadas por más de 160 países de todo el planeta, que indican claramente cómo los países deben colaborar para reducir los flujos de dinero sucio.

Se requiere de vocación política, del liderazgo político que alguna vez Estados Unidos sí ejerció, para poder aplicar cada uno de esos artículos. Pero la tentación es muy dulce cuando uno ve cientos de millones de dólares entrando a un país que no quiere bloquearlos, salvo que exista una denuncia específica. Se requiere de menos “Trumps” y de más países que actúen como varios de la Unión Europea. Hay avances y retrocesos, y no todo es oscuro: hay esperanza.
Edgardo Buscaglia es académico sénior en Derecho y Economía de la Universidad de Columbia, Nueva York. Actualmente, es presidente del Instituto de Acción Ciudadana en México, director del International Law and Economic Development Center, y miembro del directorio y cofundador de la organización Internacional denominada “Save Democracy”. Desde 1990, ha trabajado en 122 países como asesor o jefe de misión en materia de lucha contra la delincuencia organizada y la corrupción política. Ha publicado una docena de libros, tales como “Vacíos de poder en México” (Debate, 2013) y “Lavado de dinero y corrupción política” (Debate, 2015), así como más de cien artículos científicos sobre estas materias en importantes revistas especializadas de Estados Unidos y Europa. También ha publicado artículos de opinión y columnas en periódicos como El Mundo, Financial Times, The New York Times, Süddeutsche Zeitung y Wall Street Journal, entre otros.

(rml)

Texto DW

https://www.dw.com/es/edgardo-buscaglia-ciertas-leyes-en-estados-unidos-son-un-regalo-de-navidad-para-el-crimen-organizado/a-71440022

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