SUGIERE LOS 4 TEMAS PARA UN GRAN DIÁLOGO NACIONAL
A [email protected],
Y A NUESTRAS REDES SOCIALES. SÉ PARTE DEL CAMBIO EN EL PAÍS
Mientras Donald Trump amenaza repetidamente con tomar el control del Canal de Panamá, y el Gobierno panameño insiste en que su soberanía sobre la vía fluvial es “innegociable”, los ojos del mundo se vuelven una vez más hacia el estratégico canal entre el Atlántico y el Pacífico.
Trump está ansioso por recordarle al mundo que Estados Unidos construyó el canal hace más de un siglo y revolucionó la navegación global con un costo enorme en vidas humanas. Antes de 1914, los barcos que intentaban transitar del Atlántico al Pacífico emprendían un arriesgado viaje de meses de duración alrededor de Sudamérica. Incluso las embarcaciones modernas tardan unas dos semanas en completar el viaje, mientras que cruzar el canal sólo dura entre ocho y diez horas.
Trump afirmó recientemente que 35.000 o 38.000 “hombres estadounidenses” murieron construyendo el Canal de Panamá entre 1904 y 1914. Y si bien miles de vidas se perdieron durante la construcción a causa de la malaria, la fiebre amarilla, los accidentes industriales y otros factores, las cifras de Trump no están claras.
El número oficial de muertos por el esfuerzo de construcción estadounidense es de alrededor de 5.600 personas o incluso más. Pero la abrumadora mayoría de los trabajadores era de Barbados. El número de estadounidenses que murieron durante la construcción probablemente fue de alrededor de 300, según Matthew Parker, autor del libro La Fiebre de Panamá.
Estados Unidos continuó operando el canal después de su apertura durante muchas décadas. En 1977, sin embargo, el presidente Jimmy Carter acordó entregar gradualmente el control de la zona al Gobierno panameño. El tratado estipulaba que la vía fluvial permanecería neutral y abierta a embarcaciones de todas las naciones. Estados Unidos también mantuvo el derecho de defenderlo de cualquier amenaza.
En 1999, Estados Unidos completó su retirada de Panamá. Desde entonces, el canal ha sido administrado por el Gobierno de la Ciudad de Panamá. Ahora, Trump acusa a “los maravillosos soldados de China” de operarlo ilegalmente. El presidente panameño, José Raúl Mulino, aseguró que “no hay soldados chinos en el canal, por el amor de Dios”.
Si bien no hay indicios de presencia militar de China en el área, algunos observadores estadounidenses expresaron su preocupación por dos puertos que han sido administrados durante mucho tiempo por una subsidiaria de CK Hutchison Holdings, con sede en Hong Kong, y posibles filtraciones de datos. La cooperación de Panamá con Pekín para financiar un nuevo puente sobre el canal también ha llamado la atención en Washington.
Texto DW
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Pensando con propósito en el Ecuador 2035
La UTPL brilla en la educación online mundial
Democracia: Los puntos sobre las íes
Propuestas universitarias para un Ecuador energético sostenible
El sobrepeso y la obesidad: El gran desafío de la actualidad