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CASTAIC, California, EEUU —
Los bomberos trataban de mantener la ventaja sobre un enorme y rápido incendio forestal que arrasó con montañas escarpadas al norte de Los Ángeles y provocó que más de 50.000 personas recibieran órdenes o advertencias de evacuación.
El incendio Hughes comenzó a última hora de la mañana del miércoles y en menos de un día había quemado casi 41 kilómetros cuadrados (16 millas cuadradas) de árboles y matorrales cerca del lago Castaic, una popular área recreativa a unos 64 kilómetros (40 millas) de los devastadores incendios de Eaton y Palisades que llevan ardiendo tres semanas.
Aunque la región estaba bajo una advertencia de bandera roja por riesgo crítico de incendio, los vientos no eran tan fuertes como cuando esos incendios comenzaron, lo que permitió que las aeronaves de lucha contra incendios arrojaran decenas de miles de galones de retardante de fuego sobre el nuevo incendio. Para la noche del miércoles, aproximadamente el 14 % del incendio Hughes había sido contenido.
“La situación en la que estamos hoy es muy diferente de la situación en la que estábamos hace 16 días”, dijo el miércoles por la noche el jefe de bomberos del condado Los Ángeles, Anthony Marrone.
Las advertencias de bandera roja se extendieron hasta las 10 de la mañana del viernes en los condados de Los Ángeles y Ventura. Los funcionarios seguían preocupados de que los incendios de Palisades y Eaton pudieran romper sus líneas de contención mientras los bomberos continúan vigilando los puntos calientes.
Se emitió una alerta de evacuación para Sherman Oaks, donde un fuego en una zona de matorrales se extendió unas 4 hectáreas (10 acres) en Sepulveda Pass, cerca de la autopista I-405. Las llamas se detectaron poco después de las 11 de la noche del miércoles.
Más de 31.000 personas recibieron órdenes de evacuar del incendio Hughes, y otras 23.000 están bajo advertencias de evacuación, dijo el jefe de policía del condado Los Ángeles, Robert Luna. No se reportaron casas ni otras estructuras quemadas.
Partes de la Interestatal 5 cerca del incendio Hughes que habían sido cerradas, reabrieron el miércoles por la noche.
Un tramo de 48 kilómetros (30 millas) de la principal arteria norte-sur se había reservado a vehículos de emergencia, para mover equipos y para prevenir accidentes debido al humo que cruzaba la carretera. Equipos en tierra y en aeronaves que lanzan agua intentaron evitar que el incendio impulsado por el viento cruzara la interestatal y se dirigiera hacia Castaic.
Marrone dijo que, dado que los vientos no eran tan fuertes como hace dos semanas, los equipos aéreos aéreos pudieron arrojar retardante de fuego en el lado sur del incendio, donde se movían las llamas. Más de 4.000 bomberos fueron asignados al incendio, dijo.
Los vientos en el área soplaban a 67 kilómetros por hora (42 millas por hora) por la tarde. Habían alcanzado los 105 km/h (65 mph) en algunos puntos montañosos para el miércoles por la noche, según David Roth, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional.
Kayla Amara condujo al barrio de Stonegate en Castaic para recoger objetos de la casa de una amiga que había salido corriendo a recoger a su hija en la escuela preescolar. Mientras Amara empacaba el coche, se enteró de que el fuego había aumentado de forma drástica su tamaño y decidió rociar la propiedad con una manguera.
“Otras personas también están rociando sus casas con mangueras. Espero que haya una casa a la que regresar”, dijo Amara mientras los coches de policía corrían por las calles y las llamas envolvían árboles en una colina a lo lejos.
Amara, una enfermera que vive en la cercana Valencia, dijo que lleva semanas nerviosa, mientras los grandes incendios devastaban el sur de California.
“Ha sido estresante con esos otros incendios, pero ahora que este está cerca de casa es simplemente superestresante”, dijo.
Al sur, los funcionarios de Los Ángeles comenzaron a prepararse para la posible lluvia mientras algunos residentes podían regresar a las áreas carbonizadas de Pacific Palisades y Altadena. Se esperaba que el clima ventoso durara hasta el jueves y podría llover a partir del sábado, según el Servicio Meteorológico Nacional.
“Se pronostican lluvias y la amenaza de flujo de lodo y escombros en nuestras comunidades afectadas por el fuego es real”, dijo la supervisora Kathryn Barger durante una conferencia de prensa el miércoles por la mañana.
Los equipos de bomberos llenaban sacos de arena para las comunidades mientras los trabajadores del condado instalaban barreras y limpiaban tuberías de drenaje y cuencas.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, advirtió que los vientos podrían llevar cenizas y aconsejó a los angelinos que visitaran el sitio web de la ciudad para aprender a protegerse del aire tóxico durante el último evento de vientos de Santa Ana. La directora de salud pública del condado Los Ángeles, Barbara Ferrer, advirtió que la ceniza podría contener metales pesados, arsénico y otros materiales nocivos.
“Incluso una breve exposición puede potencialmente causar irritación de la piel y llevar a problemas más serios”, dijo Ferrer el miércoles, pidiendo a la gente que utilice equipo de protección mientras limpian.
La baja humedad, la vegetación completamente seca y los fuertes vientos llegaron mientras los bomberos continuaban luchando contra los incendios de Palisades y Eaton, que han matado al menos a 28 personas y destruido más de 14.000 estructuras desde que comenzaron el 7 de enero. El cerco al incendio de Palisades alcanzó el 70 %, y el de Eaton estaba al 95 %.
Luna dijo el miércoles que su departamento aún estaba investigando 22 reportes de personas desaparecidas en ambas zonas de incendio. Todas las personas reportadas como desaparecidas son adultos, dijo.
La Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos investiga las causas de los incendios pero no ha publicado ningún hallazgo.
Se han presentado varias demandas de personas que perdieron sus hogares en el incendio de Eaton, que alegan que el equipo de Southern California Edison provocó el incendio. El martes, un juez que supervisa una de las demandas ordenó a la empresa de servicios públicos que produjera datos de los circuitos en el área donde comenzó el incendio.
Texto Voz de América
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