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Joe Biden deja la presidencia de Estados Unidos con el récord de la mayor cantidad de deportaciones de ciudadanos extranjeros de la última década, junto con un pronunciado descenso de los encuentros con migrantes en la frontera sur.
El endurecimiento de las medidas, a través de unaorden ejecutiva de junio de 2024 que restringe el ingreso y el asilo, acelera las deportaciones y contempla el cierre de la frontera ante ciertas circunstancias, está mostrando su impacto en los flujos migratorios.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, desde que entró en vigor la normativa “se ha producido un descenso significativo y continuado de los cruces ilegales de la frontera, incluida una baja de más del 55% de los encuentros entre puertos de entrada a lo largo de la frontera suroeste”. Mientras en septiembre de 2023 fueron arrestadas 218.763 personas en la frontera sur, un año después la cifra fue de 53.858, lo que equivale a menos de un cuarto. En noviembre bajó a 46.612.
Asimismo, desde junio Estados Unidos ha triplicado el porcentaje de extranjeros procesados por Expulsión Acelerada. Hasta fines de septiembre, había devuelto a más de 160.000 personas a más de 145 países.
En total en el año fiscal 2024 (1 de octubre de 2023 al 30 de septiembre de 2024), deportó 271.484 personas de 192 países, de las cuales 261.116 eran latinoamericanas. Sólo México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Colombia, los cinco con más ciudadanos expulsados, suman 229.208 personas, lo que corresponde a un 84,4% del total.
Luis Enrique Calva Sánchez, doctor en ciencias sociales del Colegio de la Frontera Norte e investigador del Departamento de Estudios de Población, en México, explica a DW que detrás de estas cifras hay esfuerzos gubernamentales internacionales: “Diversos países, no solo Estados Unidos, han implementado medidas para frenar los flujos migratorios. Por ejemplo, en Panamá, el número de ingresos irregulares por la selva del Darién se redujo un 41%, pasando de 520.082 a 302.203 personas. Este efecto incluso supera el descenso registrado en las detenciones en la frontera estadounidense”.
Desde Tapachula, en el sur de México, Abbdel Camargo Martínez dice a DW que los intentos por frenar los flujos migratorios se han llevado a cabo durante buena parte del 2024 en toda la región: “Hay una explicación local, regional y continental, no solamente en la colindancia Estados Unidos-México. Hay acciones concretas en Centroamérica y en Sudamérica, particularmente en el Tapón del Darién, que van mermando la cantidad de personas que llegan a la frontera de México con Estados Unidos y, por lo tanto, caen las detenciones”.
El investigador del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) apunta también a “las iniciativas de injerencia de Estados Unidos hacia países de Centroamérica como Honduras y Guatemala, y las presiones que también recayeron hacia México para el control del flujo”. Asimismo, observa un “cambio en las prácticas políticas migratorias en los países y en las fronteras entre Colombia y Panamá, que llegaron a acuerdos unilaterales y a veces bilaterales”.
“México ha jugado un papel importante en la disminución de las detenciones en la frontera sur de Estados Unidos, implementando operativos internos para frenar el flujo migratorio. Las cifras muestran que, entre enero y agosto de 2024, las detenciones en México aumentaron un 192%, reflejando un control más estricto de la migración irregular”, aporta Calva.
Camargo observa que en terreno “se mantienen los flujos familiares ampliados y la presencia muy marcada de las infancias y las juventudes migrantes”. Mientras en 2023 se agregó mayor presencia de otros grupos nacionales, como haitianos, venezolanos y hondureños, en 2024 se sumaron también personas de Egipto y Siria.
Si bien la tendencia es que los flujos disminuyan por el fin de año, cuando las personas valoran estar en su país de origen y evalúan sus decisiones con miras al año siguiente, este fin de 2024 fue distinto, marcado por la amenaza de Donald Trump de endurecer la política migratoria, agrega Camargo: “No se vio tanto la disminución del flujo, justamente porque el presidente electo de Estados Unidos asume el 20 de enero, entonces las personas trataron de acelerar su partida para llegar antes”.
A pesar de la formación de algunas caravanas, estas “fueron prontamente desmanteladas, a fin de aliviar la presencia de personas en la frontera norte y más bien la presión se ha quedado en la frontera sur”, afirma el investigador de ECOSUR.
Por su parte, Calva nota un cambio en las expectativas: “Muchos posibles emigrantes parecen estar reconsiderando sus planes debido a las condiciones adversas que perciben en Estados Unidos. Este fenómeno podría estar relacionado no solo con la llegada de Donald Trump a la presidencia, sino también con los cambios en las políticas migratorias, como el fin del Título 42. Bajo este título, los migrantes eran devueltos a México sin mayores consecuencias, a diferencia del Título 8, que implica sanciones más severas”.
Calva advierte que aunque las acciones implementadas por diversos países, como Estados Unidos, México y Panamá, “parecen ser efectivas en cuanto a frenar la movilidad de las personas migrantes, también generan riesgos significativos para su seguridad y bienestar”.
Asimismo, subraya que “estas estrategias no abordan las causas estructurales que impulsan la migración. La solución a largo plazo radica en atender los factores que obligan a las personas a emigrar, en lugar de centrarse únicamente en medidas restrictivas”.
Un factor también importante, alerta Camargo, es cómo las elecciones locales o el alza de grupos de derecha han incidido en el aumento de “la retórica global que ve a los migrantes como criminales, terroristas o enemigos culturales, y el mensaje de que se deben mitigar esos flujos”. En su opinión, a pesar de las medidas restrictivas y criminalizantes, las personas encontrarán los mecanismos para lograr su objetivo, que es llegar a los países del norte: “Es un proceso complejo, apenas estamos viendo las consecuencias del discurso anti migrantes, que se verán en 2025”.
(ers)
Texto DW
https://www.dw.com/es/estados-unidos-y-el-%C3%A9xito-en-frenar-el-flujo-migratorio/a-71249798
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