Los contratos de Claro y Movistar expiraron. Debieron haberse firmado nuevos contratos en 2022 antes de que venzan para que haya continuidad en las inversiones. Pero no se hizo. Este gobierno retomó las negociaciones en mayo observando que estaban avanzadas en 85 %, prometió concluirlas en septiembre y anunció que la tecnología 5G podría comenzar a operar en el último trimestre. Terminó septiembre y se puso octubre como nuevo plazo. Expiró octubre y no se ha anunciado un nuevo plazo.
Mientras tanto, las empresas mantienen su servicio pero no invierten en ampliarlo o implementar tecnologías nuevas. La tecnología en telecomunicaciones cambia muy rápidamente. La tecnología de punta hoy es la 5G, cuyo despliegue data de 2018. China planifica desplegar la 6G en 2030. En América del Sur seis países tienen 5G, siendo los rezagados Bolivia y Paraguay por ser los de menor desarrollo del subcontinente, Venezuela gracias al socialismo del siglo XXI y Ecuador por su tortuguismo burocrático.
El 15 % que falta negociar es lo importante: cuánto del espectro radioeléctrico quiere reservarse el Estado y cuánto les va a cobrar a las empresas para permitirles que nos den servicio. En concreto:
Por otra parte, las autoridades denuncian irregularidades en la concesión del cable submarino que una década atrás tendió Telconet (proveedora de Netlife) de Miami a Ecuador junto con sus socios extranjeros y se aprestan a confiscarlo. Esta decisión trae varios problemas: el deterioro del servicio, como ha sucedido en otras ocasiones con la estatización de operaciones antes privadas; la suspensión del proyecto de nuevo cable submarino de Telconet con Alcatel (ahora empresa China); y el refuerzo de la percepción internacional que en Ecuador las empresas no pueden confiar en que hay seguridad jurídica. Que se investigue y sancione de ser el caso, pero que no se lo estatice.
Urge que los poderes públicos se pongan como objetivo que el país alcance un fuerte crecimiento y modernización de su economía, que se creen buenos empleos, que las familias mejoren su nivel de vida. Esa meta requiere tener telecomunicaciones de punta. Los países con mejor tecnología son más competitivos. Sus industrias y sobre todo servicios de todo género se imponen a las de los países de menor desarrollo tecnológico.
Como vamos, siempre estaremos a la zaga. (O)
Texto original de El Universo
https://www.eluniverso.com/opinion/columnistas/negociaciones-interminables-nota/
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