Londres (EFE).- Una madre que mantuvo a su bebé escondida durante tres años en un cajón sin dejarle ver jamás la luz el sol ni a otro ser humano, ha sido condenada a siete años y medio de cárcel en el Reino Unido, donde el caso ha conmocionado a todo el país.
Según los medios locales, la pequeña fue hallada por casualidad en un estado de grave desnutrición e incapaz de caminar o hablar en febrero de 2023 por un compañero sentimental de su madre, cuando éste buscaba el cuarto de baño en la planta de arriba de la vivienda y escuchó un sonido similar al de un bebé.
Al acercarse para ver de dónde procedía ese sonido, el hombre descubrió a la niña, que tenía el paladar hendido y estaba severamente deshidratada, encerrada en un cajón.
Al descubrir a la pequeña, llamó a la policía.
El primer trabajador de los servicios sociales que acudió a la casa tras recibir el aviso aseguró en una declaración leída ante el tribunal y recogida por el diario británico ‘The Guardian’, que le “sobrecogió” lo que vio al llegar a la vivienda y ver a la niña.
“Me quedé extremadamente conmocionado al ver a la bebé mirándome sentada en un cajón. Me miraba fijamente y se mecía hacia adelante y atrás”, relató.
“Miré a su madre y le pregunté: ‘¿es ahí donde la tienes?’ La madre respondió: ‘Sí, en el cajón’. Me conmocionó que no mostrara ninguna emoción y que la situación la dejara impasible”, agregó.
Ese trabajador social reveló que la mujer le confesó que nadie más había visto a la niña: “(La situación) se volvió un espanto sobrecogedor al ser, probablemente, la única otra cara que (la niña) había visto aparte de la de su madre”, recordó.
La bebé nació en la bañera de la casa en el condado inglés de Cheshire en marzo de 2020 aunque su nacimiento fue mantenido en secreto y nunca se registró.
La madre, cuya identidad no puede revelarse por motivos legales, contó a la policía que había mantenido una relación con el padre de la niña y no quiso que éste supiera que estaba embarazada.
Posteriormente puso a la bebé en el cajón a modo de cama y, de vez en cuando, se acercaba a darle de comer cereales disueltos en leche mediante una jeringuilla y cambiarle el pañal.
Con el paso del tiempo, la mujer volvió a trabajar y se ausentaba a llevar a sus otros hijos al colegio, dejando a la pequeña desatendida durante horas, incluso sola durante la noche de Navidad, mientras ella y sus otros hijos se quedaban en casa de los abuelos.
Cuando fue examinada por médicos la pequeña no podía gatear, caminar, hablar ni emitir sonidos para comunicarse, además de tener debilitados los músculos y los pies hinchados, con un grave retraso en su desarrollo.
La fiscal Rachel Worthington indicó que “esta niña nunca ha tenido un regalo de cumpleaños, un regalo de Navidad ni reconoce nada estos días. No ha tenido ninguna interacción con sus hermanos. No había estado expuesta a la luz del sol o al aire fresco y no respondía a su propio nombre cuando la encontraron”. EFE
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