Joyce Higgins de Ginatta, quien falleció el jueves 17 de octubre, se hizo un nombre en Ecuador al ser en los años 60 una de las primeras mujeres líderes empresariales.
Estuvo al frente de la compañía familiar hasta convertirla en una gran mayorista de ferretería: el Ferrisariato. Su empresa fue creciendo y diversificándose, logrando abrir varias sucursales.
Aunque después vendería su negocio a la Corporación El Rosado en la década de los años 90, siendo conocida como uno de los perfiles más destacados en los ámbitos industriales y comerciales, se convirtió en la presidenta de la Cámara de la Pequeña Industria.
Varias veces contó que en esa época debía asistir a reuniones y eventos en los que ella era la única mujer, pero que nunca se desanimó por eso.
Fue una de las primeras personas en lanzar, oficialmente, una tesis para dolarizar al Ecuador. Era 1998, dos años antes de que la dolarización llegara y cuando llegó la crisis del 2000, ella insistió en su postura, antes de que el gobierno congelara los fondos.
Fue una de las personas que organizó y encabezó la llamada Marcha de los Crespones Negros, una protesta multitudinaria que pretendía protestar por la crisis bancaria y por la situación del país.
De hecho, durante meses, ella utilizó un crespón negro sobre su solapa en señal de duelo por el congelamiento bancario y por la crisis en general.
Su voz se alzaba en foros y simposios para que la dolarización se hiciera con un tipo de cambio de siete mil sucres por dólar, luego de 10 mil, luego de 12 mil quinientos.
Pero cuando el país adoptó el dólar, ella no celebró. Estuvo vigilante, porque los primeros años sentía que se había avanzado poco en prosperidad y temía retroceder en el proceso.
Su propuesta hizo que la llamaran La dama de la dolarización. Ese apodo fue de su agrado, tomándolo para así titular un libro que detalló su vida y ese proceso económico en Ecuador.
Joyce Higgins de Ginatta nunca temió dar sus opiniones y se mantuvo vigente siempre. Creía que la clase media era el motor de una sociedad y que del sector privado salía el combustible para que el país se moviera.
Y pese a todos los caminos que abrió por ser mujer y pionera, una de sus frases más recordadas es esta: “uno tiene que saber que ante una oportunidad no tiene que regirse al hombre por hombre o a la mujer por ser mujer, sino por ser el mejor”.
Texto original de Ecuavisa
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