Trasplantar consiste en extraer un árbol del suelo y volverlo a plantar en otro lugar, este proceso se realiza por razones de construcción y para alargar la vida de las especies, por ejemplo, cuando se quiere dar otro uso a un terreno, para aumentar el espacio entre los árboles y para que sus raíces se desarrollen adecuadamente. En la ciudad, existe el personal y la tecnología para realizar este procedimiento de forma adecuada, parte de este proceso se hizo en las calles del centro de la ciudad.
Pedro Kingman, director de áreas naturales de la Gerencia de Administración de Parques y Espacios Verdes (Gapev), explicó que para el trasplante se genera ‘un pan’ de tierra en sus raíces, se le empaca con yute y se lo mueve sin que pierda humedad a un sitio nuevo, antes debe ser podado para que no se deshidrate por las hojas, luego se traslada a un sitio con un hueco y se coloca abundante agua, se monitorea durante un año, hasta que se recupere y sea autónomo de nuevo.
Todos los días, la gerencia mueve árboles de los viveros que están sembrados al piso porque al crecer necesitan más espacio, por ejemplo, en Pacarillacta se realizó el trasplante de 3 moreras grandes, ya están en brote, “movemos palmeras con éxito, árboles mal ubicados en la Shyris porque estamos haciendo el nuevo bulevar”, añadió.
Pasos para trasplantar:
Sobre la intervención del Centro Histórico
Kingman manifestó que el Plan de Recuperación del Centro Histórico tiene varias aristas como la habitabilidad, espacios verdes y seguridad.
El arbolado es un aspecto para volver más verde al centro. Se debe elegir la especie adecuada y no los álamos que hace 25 años estaban en la Benalcázar, colocados sobre macetones de manera antitécnica y fueron tomados por la venta ambulante, 18 de ellos fueron trasplantados hacia otros espacios verdes. Ahora, se amplían las veredas y se gana 70 cm más para dar cabida a los nuevos árboles. Según la normativa se requiere de 90 a 1,20 metros para uso exclusivo de peatones.
Los nuevos árboles van a nivel de piso para que el agua lluvia entre a la tierra. Estos son medianos no crecen más allá de los 5 a 6 metros, en los próximos 30 años. Los que se colocarán en la Benalcázar y en la Venezuela son: arupos, yalomanes, podocarpus, y cholanes para no levanten las raíces y afecten las construcciones o tuberías. Además, tienen múltiples beneficios ecosistémicos porque son nativos.
«La gente debe ayudar a cuidarlos, no cuelgue cosas, no boten basura, el árbol da todos los beneficios, sombra, olor agradable, atrae aves, etc”, concluyó Kingman.
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