Filadelfia (EE.UU.) (EFE).- El expresidente de EE.UU. Barack Obama, el legendario “Jefe” del rock Bruce Springsteen y el influyente músico John Legend unieron sus voces en Filadelfia para respaldar a Kamala Harris y advertir sobre los “riesgos” que Donald Trump representa para los valores de la clase trabajadora estadounidense.
Más que un evento político, el acto tuvo un aire de festival. No solo por sus protagonistas, sino también por el entusiasmo del público, que casi llenó los 10.000 asientos del Liacouras Center de la Universidad de Temple, en el norte de Filadelfia.
La energía del lugar era palpable, con el público ondeando pancartas de ‘Harris-Walz’, ‘Libertad’ y ‘Voten’, todas del color azul del Partido Demócrata, mientras una ola de aplausos hacía retumbar el estadio cuando hizo su aparición Obama, la gran estrella demócrata.
Obama se refirió a comentarios racistas y xenófobos que resonaron la noche anterior en un evento de campaña de Trump en el Madison Square Garden de Nueva York, donde un comediante se refirió a Puerto Rico como una “isla de basura flotando en el océano”.
El público reaccionó con indignación cuando Obama recordó esas palabras. Y es que Pensilvania, donde se encuentra Filadelfia, alberga a un millón de latinos, de los cuales más de medio millón son de origen puertorriqueño, por lo que esa retórica podría costarle votos a Trump en esta recta final de la campaña.
“Hay algo que debe quedar claro: si alguien no te respeta, si alguien no te ve como un ciudadano igual, con derecho a las mismas oportunidades, a la búsqueda de la felicidad y al sueño americano, entonces no deberías votar por él”, afirmó Obama.
El expresidente acusó a Trump de querer “dividir” a Estados Unidos y fomentar el “odio” solo para aumentar sus probabilidades de ganar y lo contrastó con Harris, a quien señaló como una figura que quiere “unir” el país y que “entiende los valores de la clase trabajadora”.
“¡EE.UU. está listo para un nuevo capítulo! ¡EE.UU. está listo para la Presidencia de Kamala Harris!”, clamó Obama, con el respaldo fervoroso de la audiencia, un público diverso en edades y razas, entre los que destacaba un fuerte núcleo de amantes de amantes de Springsteen.
Entre los asistentes estaba Marie Benson, de 67 años, y quien confesó haber ido a más de cien conciertos de Springsteen a lo largo de su vida. “Siempre ha cantado para la clase trabajadora, poniéndose en el lugar de quienes trabajan duro y sintiendo su dolor”, afirmó emocionada a EFE.
Sobre el escenario, con su guitarra y su armónica, Springsteen dejó en varias ocasiones al estadio en completo silencio. Empezó con ‘The Promised Land’, una canción sobre la búsqueda del sueño americano y la lucha por una vida mejor, y cerró con el ardor de ‘I’m on Fire’, que el público coreó al unísono.
Dejando que la música hablara por sí sola, Springsteen dedicó solo unas breves palabras a las elecciones, advirtiendo sobre los riesgos de un segundo mandato de Trump.
“Donald Trump aspira a ser un tirano en Estados Unidos. Entiendo que la gente tiene opiniones distintas, pero esta elección es sobre un grupo que pretende socavar nuestro modo de vida. Trump no entiende este país, su historia ni lo que significa ser profundamente estadounidense”, sentenció.
Antes de él, John Legend, quien meció al público con ‘All of Me’, ofreció un poderoso discurso en el que exhortó a EE.UU. a votar para defender las “libertades” por las que lucharon generaciones anteriores y a elegir a un líder “mejor, audaz, brillante, que apueste por la alegría” en lugar de la división, en clara alusión a Trump.
“Trump tuvo cuatro años, y vimos lo que pasó en esos cuatro años”, recordó Legend, quien afirmó que, durante el desafío que enfrentó EE.UU. con la pandemia, Trump mostró que estaba “desprevenido”, que era “incompetente” y “totalmente irresponsable”.
Sentada en primera fila, Cate Horn, de 18 años y quien votará por primera vez en unos días, le escuchaba emocionada. “Estoy realmente nerviosa por la posibilidad de que Harris no gane, pero ver a John Legend aquí me da esperanza. Espero que su voz influya entre quienes siguen indecisos”, dijo a EFE.
Los demócratas, respaldados por mayores fondos y el apoyo de numerosas estrellas, están usando toda su artillería para inclinar la balanza en esta recta final, en la que las encuestas muestran a Harris y Trump casi empatados en estados clave que decidirán las elecciones, incluido Pensilvania.
Con el voto anticipado ya en marcha en casi todo el país —más de 43 millones de estadounidenses han emitido su voto en persona o por correo— cada voto podría ser decisivo. EFE
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