Sídney (Australia), 21 oct (EFE).- La senadora aborigen australiana Lidia Thorpe empañó este lunes la visita del rey Carlos III del Reino Unido en Australia al increparle durante una ceremonia en el Parlamento por el legado colonial y los abusos contra los indígenas.
«Devuélvenos nuestra tierra (…) lo que robaste a nuestro pueblo», gritó la senadora independiente Lidia Thrope, al término del discurso en el Parlamento de Camberra de Carlos III, jefe de Estado de Australia, que se rige por un sistema monárquico con democracia parlamentaria.
La senadora también le espetó: «No eres nuestro rey», y condenó el «genocidio» que se cometió contra los pueblos originarios de Australia, así como el expolio de «huesos, cráneos» y el robo de los bebés indígenas, antes de ser forzada a salir de la sala.
La senadora Thorpe, ataviada con una piel tradicional de canguro, también se había puesto previamente de espaldas al entonarse en el Parlamento ‘Dios salve al rey’, en señal de protesta por la visita de Carlos III y la reina Camila, quienes realizan una gira por Australia entre el 18 y 23 de octubre y en Samoa hasta el día 26.
La intervención de Thorpe se dio poco después de que Carlos III diera hoy un discurso ante centenares de asistentes, entre ellos el primer ministro australiano, Anthony Albanese, en el que remarcó el «largo y a veces difícil camino de la reconciliación» con los indígenas.
La senadora explicó más tarde en un comunicado que trató sin éxito de entregar una «notificación» al monarca para denunciar la complicidad de la monarquía británica con el «genocidio» contra los aborígenes en Australia.
La senadora, que formó parte del grupo de Los Verdes hasta que se hizo independiente en 2023, también exigió que Australia tenga un tratado con los indígenas, que representan el 3,8 por ciento de los 27 millones de australianos.
Tras el incidente, la Liga Monárquica Australiana, el grupo promonárquico más influyente del país austral, pidió en un comunicado la dimisión de la senadora aborigen.
«Su acto infantil no ha disminuido en absoluto la gratitud y orgullo que miles de australianos tienen por nuestro país, su historia, sus pueblos y su buen sistema de gobierno. De hecho, probablemente solo ha fortalecido esos sentimientos», indicó la Liga Monárquica.
La visita oficial de Carlos III y la reina Camila, que llegaron el viernes pasado a Sídney, avivó la división del país entre quienes apoyan a la monarquía y quienes piden que Australia se convierta en una república.
En su perfil de Instagram, el partido Los Verdes colgó un mensaje con una fotografía en la que se puede ver a los monarcas británicos y otra con una pancarta que dice «imperio construido sobre un genocidio».
La senadora de los Verdes Barbara Pocock, que se define como republicana, indicó al canal estatal australiano ABC que el legado colonial es una «historia triste» para muchos indígenas y afirmó que esta institución no representa al país actual.
Elogios del primer ministro republicano
Pese a las críticas, los reyes británicos fueron recibidos con discursos de bienvenida por el primer ministro laborista y por el líder de la oposición, Peter Dutton.
En su intervención, Albanese alabó el carácter y el humor de Carlos III y los trabajos de caridad de Camila, al destacar que el cariño entre los monarcas y el pueblo australiano es mutuo a lo largo de las diversas visitas al país en los últimos años.
«Lo que nunca cambia es la verdad grabada en cada página de esta historia, que sus majestades son muy bienvenidas aquí», aseveró el primer ministro, quien destacó el respeto del monarca por el debate de los australianos en relación con la Corona británica.
«Nada permanece inmóvil», aseguró Albanese, que también se entrevistó en privado con Carlos III, quien mantuvo otro encuentro con el líder de la oposición.
El primer ministro no oculta que es republicano, pero el pasado enero afirmó que un referéndum sobre la monarquía no es una prioridad y no hay fecha prevista para celebrarlo.
Dentro de su agenda oficial, Carlos y Camila visitaron el Monumento a la Guerra y el Jardín Botánico, al tiempo que, por separado, el monarca se reunió con responsables del centro de investigación CSIRO y la reina con activistas contra la violencia de género, entre otros eventos.
Australia celebró en 1999 un referéndum para decidir si se convertía en república, pero ganó el no, y el año pasado otro para el reconocimiento de los derechos indígenas que también fue rechazado por la mayoría de los votantes. EFE
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