El tema del Día Internacional de la Niña de este año, “La visión de futuro de las niñas”, expresa tanto la necesidad de actuar urgentemente como la esperanza inquebrantable que emana del poder de las voces de las niñas y su visión de futuro.
La generación actual de niñas sufre de forma desproporcionada las consecuencias de las crisis mundiales del clima, de los conflictos, de la pobreza y del retroceso de los logros conseguidos con tanto esfuerzo en materia de derechos humanos e igualdad de género. A demasiadas niñas todavía se les niegan sus derechos, se restringen sus opciones y se limita su futuro.
Sin embargo, análisis recientes muestran que las niñas no solo son valientes ante situaciones de crisis, sino que tienen esperanza en el futuro. Cada día toman medidas para hacer realidad la visión de un mundo en el que todas las niñas estén protegidas, se las respete y se las empodere.
Ahora bien, las niñas no pueden hacer realidad esta visión solas. Necesitan aliados que escuchen y satisfagan sus necesidades.
Con el apoyo, los recursos y las nuevas oportunidades adecuadas, el potencial de los más de 1.100 millones de niñas que hay en el mundo sería ilimitado. Cuando las niñas lideran, los efectos son inmediatos y de gran alcance: las familias, las comunidades y las economías son más sólidas, y nuestro futuro, más brillante.
Ha llegado el momento de escuchar a las niñas, de invertir en soluciones de eficacia probada que aceleren el progreso hacia un futuro en el que todas las niñas puedan desarrollar todo su potencial.
En 1995, en la Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, los países adoptaron por unanimidad la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing —el plan más progresista jamás realizado para promover los derechos no solo de las mujeres sino también de las niñas. La Declaración de Beijing es la primera en referirse específicamente a los derechos de las niñas.
El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 66/170 para declarar el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña y reconocer los derechos de las mismas y los desafíos únicos a los que enfrentan en todo el mundo, así como promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos.
Las adolescentes tienen derecho a una vida segura, educada y saludable, no solo durante estos años críticos de formación, sino también a medida que maduran y se convierten en mujeres. Si reciben apoyo efectivo durante la adolescencia, las niñas tienen el potencial de cambiar el mundo, tanto como niñas empoderadas de hoy como trabajadoras, madres, emprendedoras, mentoras, jefas de hogar y líderes políticas del mañana. La inversión para ello pasa por la defensa de sus derechos en por de un futuro más equitativo y próspero, en el que la mitad de la humanidad sea un socio igualitario para resolver los problemas del cambio climático, los conflictos políticos, el crecimiento económico, la prevención de enfermedades y sostenibilidad global.
Las niñas derriban constantemente los límites y las barreras que plantean los estereotipos y la exclusión, entre otras las limitaciones de los niños y niñas con discapacidad y los que viven en comunidades marginadas. Como emprendedoras, innovadoras e iniciadoras de movimientos mundiales, las niñas construyen un mundo que es relevante tanto para ellas como para las generaciones futuras.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por los líderes mundiales en 2015, incorporan una hoja de ruta para que el progreso que sea sostenible y no deje a nadie atrás.
Lograr la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer es parte integral de cada uno de los 17 objetivos. Solo garantizando los derechos de las mujeres y las niñas en todos los objetivos llegaremos a la justicia y la inclusión, a economías que funcionen para todos y a mantener nuestro entorno compartido ahora y para las generaciones futuras.
En la actualidad hay más de 600 millones de niñas adolescentes en el mundo. Si se las dota de los recursos y oportunidades adecuados, serán la mayor generación de mujeres líderes, innovadoras, emprendedoras y artífices del cambio que el mundo haya visto jamás. Más información.
Fuente Naciones Unidas
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