«El mensaje de EE.UU. a Correa y a Glas es ‘si tú robas, si tú eres corrupto, tu familia va a salir afectada’», dijo el excanciller de Ecuador, Juan Carlos Holguín, sobre la prohibición de entrada a Estados Unidos del expresidente Rafael Correa y el exvicepresidente Jorge Glas.
«Generalmente Estados Unidos utiliza los nombres solamente en casos de alta corrupción o de alto impacto sobre esta lucha contra la corrupción y la impunidad», apuntó el excanciller en el espacio de Entrevistas de 24 Horas, en Teleamazonas, este viernes 11 de octubre de 2024.
La medida
Estados Unidos anunció el miércoles que prohibió la entrada al país al expresidente de Ecuador Rafael Correa (2007-2017) y al exvicepresidente Jorge Glas, a los que acusa de estar involucrados en casos de corrupción.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, dijo en un comunicado que Correa y Glas “no son elegibles para entrar en Estados Unidos por su participación en significativos actos de corrupción durante su mandato”.
De acuerdo con la Administración de Joe Biden, el exmandatario ecuatoriano y su ‘número dos’ abusaron de sus cargos públicos “al aceptar sobornos a cambio de otorgar contratos gubernamentales favorables”.
Miller expresó en el comunicado el respaldo de Estados Unidos para todos los ecuatorianos que estén “comprometidos con aumentar la transparencia gubernamental y exigir cuentas a los funcionarios públicos corruptos”.
La Embajada de Estados Unidos en Ecuador precisó en un comunicado posterior que la prohibición de ingreso a su territorio impuesta a Correa y Glas también se extiende a sus familiares más cercano.
En el caso de Correa, la prohibición también abarca a su esposa de nacionalidad belga, Anne Malherbe, y a sus hijos mayores de edad Sofía, Anne Dominique y Rafael.
Para Glas, la restricción se aplicará también a su esposa, Cinthia Díaz, y al hijo de ambos, Jorge Glas Díaz.
Correa, quien gobernó de 2007 a 2017 como uno de los referentes de la izquierda latinoamericana, reside desde el fin de su mandato en Bélgica, que le concedió asilo político en 2022, antes de que la Corte Nacional de Justicia de Ecuador solicitase su extradición.
Por su parte, Glas, que fue uno de los hombres fuertes del Gobierno de Correa, lo detuvieron el pasado 5 de abril en el asalto de las fuerzas de seguridad ecuatorianas a la Embajada de México en Quito, donde este había llegado en diciembre de 2023 para pedir asilo diplomático, condición que se le concedió horas antes de su detención por el Gobierno mexicano.
Sobre Glas pesaba entonces una orden de captura e ingreso en prisión preventiva por el caso de las obras de reconstrucción posteriores al fuerte terremoto de 2016, donde está imputado por presunto peculado (malversación de fondos públicos).
El exvicepresidente, que al igual que Correa se declara una víctima de ‘lawfare’ y persecución política, también debía terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel por dos condenas por corrupción impuestas en 2017 por asociación ilícita en el marco del caso Odebrecht y en 2020 por cohecho en el caso Sobornos.
Glas estuvo en la cárcel en 2017 y salió de prisión en 2022 gracias a una polémica resolución judicial de un juez que la semana pasada se le condenó por prevaricación en la tramitación de la resolución que permitió al exvicepresidente recuperar la libertad.
Con información de Teleamazonas y EFE
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