Hace 66 millones de años, los llamados dinosaurios no avianos desaparecieron por completo del planeta. Las pruebas sugieren que el principal culpable fue el impacto de un asteroide sobre la Tierra. Generó un cráter Chicxulub, en México. También podrían haber intervenido erupciones volcánicas que provocaron cambios climáticos a gran escala.
Investigadores del Reino Unido, Alemania y Estados Unidos descubrieron que el enorme asteroide que puso fin al predominio de esos dinosaurios no fue un fenómeno aislado.
Escanearon un cráter submarino, que está ubicado frente a la costa de Guinea, en África Occidental, y afirman que se creó cuando otro gran asteroide se estrelló contra el planeta más o menos al mismo tiempo, a finales del período Cretácico. La investigación fue publicada en la revista Nature Communications Earth & Environment.
El primer autor del trabajo, Uisdean Nicholson, profesor asociado de la Universidad Heriot-Watt, en el Reino Unido, contó que en 2022 habían publicado otro artículo en la revista Science Advances en el que documentaron el hallazgo del cráter frente a las costas de África Occidental. El cráter se llama Nadir.
“Curiosamente, este posible cráter submarino parecía tener la misma edad (66 millones de años) que el famoso cráter de Chicxulub, en México, que provocó una de las mayores extinciones de la historia de la Tierra e inauguró el inicio del Cenozoico”, escribió Nicholson.
En ese momento contaban con dos perfiles sísmicos bidimensionales que mostraban características coherentes con una estructura de impacto. “Pero no podíamos estar seguros de que esa estructura fuera circular (o casi circular) en vista en planta, ni de que el levantamiento central propuesto, tan característico de las grandes estructuras de impacto, tuviera las dimensiones y la arquitectura que cabría esperar”, recordó.
Luego, los investigadores se enteraron de que una empresa sísmica comercial había adquirido un estudio sísmico 3D en la misma zona de Guinea, y sus integrantes aceptaron dar los datos al tener en cuenta la importancia científica del proyecto y en apoyo de la propuesta para perforar y recuperar huellas del cráter.
Coincidió también con que uno de los científicos de la empresa, William Powell, había identificado al lugar como una probable estructura de impacto.
Hicieron entonces la investigación que publicaron en Nature Communications Earth & Environment. Los datos 3D que allí presentaron revelan la arquitectura del cráter con un detalle excepcional y confirman el origen por impacto del cráter.
Es la primera vez que se obtiene una imagen completa de una estructura de impacto con datos sísmicos de alta resolución, y “se trata de un verdadero tesoro de información que nos ayudará a reconstruir cómo se formó y evolucionó este cráter”, sostuvo el científico.
Qué implica el hallazgo
El cráter de Chicxulub se encuentra en la Península de Yucatán. Su diámetro se estima en alrededor de 150 kilómetros, con una profundidad de casi 20 kilómetros. Es el vestigio del impacto de un asteroide de entre 10 y 15 kilómetros de diámetro.
En cambio, el cráter Nadir es más pequeño que el asteroide que desencadenó la extinción masiva. Pero fue lo suficientemente grande como para dejar cicatrices en la faz del planeta. “Hay unos 20 cráteres marinos confirmados en todo el mundo y ninguno de ellos ha sido captado con un nivel de detalle semejante”, explicó Nicholson.
Al parecer, la colisión desencadenó intensos temblores que licuaron los sedimentos del fondo oceánico y provocaron la formación de fallas bajo el lecho marino, según los investigadores.
El impacto desencadenó corrimientos de tierras con huellas de daños visibles en miles de kilómetros cuadrados más allá del borde del cráter, y desencadenó un vasto tsunami de más de 800 metros de altura que habría atravesado el Atlántico.
Los investigadores no pueden precisar cuándo impactó el asteroide contra la Tierra, pero el descubrimiento del cráter y su edad aproximadamente han generado especulaciones sobre su posible pertenencia a un conjunto de impactos a finales del Cretácico.
“Lo más cerca que los humanos han estado de ver algo así fue el evento de Tunguska en 1908, cuando un asteroide de 50 metros entró en la atmósfera de la Tierra y explotó en los cielos de Siberia”, dijo Nicholson.
El asteroide que produjo el cráter Nadir tenía aproximadamente el tamaño de Bennu, que hoy es considerado como el objeto más peligroso que orbita cerca de la Tierra.
Bennu podría chocar con la Tierra el 24 de septiembre de 2182, según la NASA. Aunque por el momento es solo una probabilidad de 1 entre 2.700.
Texto original de Infobae
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