El Gobierno de Cuba paralizó desde este viernes 18 de octubre la actividad laboral estatal no esencial como parte de las medidas anunciadas la víspera para afrontar la actual crisis energética.
La decisión, que ha afectado desde la agenda de los ministros a los colegios, entró en vigor en esta jornada, en la que, por una avería en una central clave, se produjo un apagón total en el país y la “cero cobertura energética nacional”, según la compañía estatal Unión Eléctrica (UNE), dependiente del Ministerio de Energía y Minas (Minem).
De su lado, el Ministerio de Educación informó de la suspensión de las actividades en todos los niveles escolares, mientras otros organismos del aparato estatal como Relaciones Exteriores también han cancelado reuniones previstas con diplomáticos y eventos, según pudo conocer EFE.
El primer ministro, Manuel Marrero, avanzó la víspera durante una inusual comparecencia en la televisión estatal que ante la actual contingencia energética fue aprobada una instrucción gubernamental que establece la paralización de las actividades económicas y laborales no imprescindibles, e imponía el trabajo a distancia.
“En esta situación que se ha agudizado los últimos días, se emitieron indicaciones adicionales para paralizar todas las actividades laborales estatales que no son estrictamente imprescindibles”, señaló Marrero.
Además indicó que incluye la desconexión general de los locales vacíos y el apagado de los equipos altos consumidores de energía como frigoríficos, hornos y neveras en el denominado “horario pico”, el de mayor demanda, con el objetivo de incentivar el ahorro y garantizar la generación eléctrica a la población.
La crisis energética se agudizó en la última semana con afectaciones que escalaron el máximo en lo que va de año con casi un 51 % del país con apagones simultáneos, de acuerdo con los partes de la compañía estatal Unión Eléctrica (UNE), dependiente del Minem.
Eso significo que los cortes eléctricos llegaron a afectar simultáneamente a más de la mitad de la isla, y ocasionaron apagones de hasta 20 horas en la jornada en algunas provincias.
Para este viernes su previsión era de una afectación del 49 % en la tarde-noche, horario en el que se eleva el consumo.
Ante la situación catalogada como “emergencia energética”, las autoridades insulares han afirmado que están trabajando para restablecer el servicio “lo antes posible”.
El sistema eléctrico cubano se encuentra en un estado muy precario por las frecuentes averías en las unidades de producción de las siete centrales termoeléctricas, obsoletas por sus más de cuatro décadas de uso y la falta crónica de inversiones y mantenimientos, a lo que suma el déficit de combustible importado (diésel y fueloil) y la escasez de divisas.
Los apagones son habituales desde hace años, pero desde finales de agosto se ha agudizado la situación hasta situarse en niveles similares a los de los peores momentos, como principios de este año y julio y agosto de 2021 y 2022.
El Gobierno cubano ha rentado en los últimos años varias centrales eléctricas flotantes para atenuar la falta de capacidad de generación.
Los frecuentes apagones dañan la economía cubana -que en 2023 se contrajo un 1,9 % y se encuentra aún por debajo de los niveles de 2019- e impulsan el descontento social en una sociedad afectada por la crisis económica agravada en los últimos años. (EFE)
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