En julio de 2014, un piloto de helicóptero hizo un hallazgo sorprendente al sobrevolar la península de Yamal, en el noroeste de Siberia: un enorme cráter que alcanzaba los 50 metros de profundidad y 30 metros de ancho. Al ser descubierto, surgieron las primeras especulaciones sobre su origen, y los científicos pensaron que podía tratarse del impacto de un meteorito o de un misil lanzado por el ejército ruso. Sin embargo, esta teoría fue rápidamente descartada al no encontrarse pruebas que lo respaldaran. Más de 10 años después, se ha hallado la verdadera causa de estos fenómenos, vinculada directamente al calentamiento global y los efectos del deshielo en el suelo siberiano.
La clave para entender la formación de estos cráteres reside en la descongelación progresiva del permafrost siberiano, según un estudior realizado por Ana Morgado, Luis Rocha, Julyan Cartwright y Silvana Cardoso, que utilizó modelos físicos y matemáticos para explicar cómo los cambios en la presión osmótica y el deshielo del permafrost contribuyen a la desestabilización de los depósitos de metano y las explosiones resultantes. Pero, ¿qué es un permafrost? Es una capa de suelo que permanece congelada de manera continua durante al menos dos años consecutivos. Se encuentra principalmente en regiones polares, como Siberia, Alaska, Canadá y Groenlandia, así como en áreas montañosas de gran altitud. El permafrost puede estar compuesto por tierra, rocas y sedimentos, y puede contener grandes cantidades de hielo.
El fenómeno del cráter está siendo impulsado por el cambio climático, que está provocando un aumento sostenido de las temperaturas y una mayor duración de los veranos en la región. Cuando se perfora el suelo congelado en invierno, se puede llegar a una capa profunda de permafrost arcilloso. Entre esta capa y la superficie, se encuentran depósitos de agua salada llamados criopegs, que se mantienen estables gracias a las bajas temperaturas y las altas presiones. No obstante, con el deshielo de capas más profundas, las presiones cambian, causando fracturas que desestabilizan el terreno y desencadenan explosiones.
Explosiones de metano
Estas grietas alteran la estructura del suelo y desestabilizan depósitos de metano cristalizado que se encuentran atrapados bajo la superficie. El proceso descrito por los científicos en la revista Geophysical Research Letters involucra una súbita caída de presión que libera el metano de forma explosiva. Este gas, almacenado en condiciones de alta presión bajo el permafrost, se libera en grandes cantidades cuando las temperaturas cálidas y la desestabilización del suelo provocan la fractura de la capa superior. El resultado es una potente explosión que genera cráteres como el descubierto en Yamal.
Este mecanismo ha sido confirmado con el tiempo, ya que más cráteres similares han aparecido en las penínsulas de Yamal y Gydan. Según el estudio: “Una repentina caída de la presión […] desestabiliza el depósito de metano y libera una burbuja explosiva”. Esta dinámica explica la continua aparición de cráteres en Siberia y destaca la relación entre las emisiones de metano y el calentamiento global.
Las explosiones que generan los cráteres en Siberia son fenómenos aislados y tienen un impacto global, ya que liberan grandes cantidades de metano a la atmósfera. Este gas es un potente gas de efecto invernadero, mucho más eficaz que el dióxido de carbono para atrapar el calor en la atmósfera. La liberación de metano amplifica el calentamiento global en un ciclo de retroalimentación: a medida que las temperaturas aumentan, se desestabilizan más depósitos de metano, lo que a su vez agrava aún más el cambio climático.
Según el estudio: “Las explosiones liberan grandes cantidades de metano a la atmósfera, lo que agrava el problema del calentamiento global”. Esta dinámica convierte el Ártico en una región especialmente vulnerable, donde las temperaturas más altas están acelerando el deshielo del permafrost y liberando más gases de efecto invernadero que estaban atrapados en el suelo helado durante milenios.
El artículo señala que la combinación de la descongelación profunda, las características geológicas del suelo siberiano y el aumento de las temperaturas forman un escenario propicio para estos eventos explosivos. Según el equipo científico: “El cambio climático está provocando que capas más profundas de hielo se descongelen, desestabilizando depósitos de metano y causando explosiones”.
Este estudio ha sido fundamental para entender cómo el calentamiento global está afectando directamente al permafrost y cómo la liberación de metano puede tener consecuencias aún más graves en el futuro, acelerando el proceso de calentamiento global y aumentando la frecuencia de estos eventos explosivos en regiones como el Ártico.
Texto original de Infobae
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