Suramérica atraviesa uno de los peores años en términos de incendios forestales, con un total de 350 370 focos detectados entre enero y el 12 de septiembre de 2024. Esta cifra, reportada por el Instituto Brasileño de Investigación Espacial (INPE), representa el mayor número de incendios en el continente en los últimos 15 años, y ya supera al total registrado en 2023.
El informe del INPE señala que Brasil y Bolivia encabezan la lista de países más afectados por los incendios forestales en Suramérica. Con 176 617 focos de calor, Brasil concentra el 50,3 % del total de incendios en la región. Las áreas más afectadas incluyen la Amazonía y el Pantanal, donde las llamas han devastado extensas áreas de bosque.
El fuego no solo destruyó el hábitat natural de muchas especies, sino que también ha afectado la calidad del aire en un vasto territorio que abarca desde el norte de Brasil hasta el centro de Argentina. En varias ciudades, las condiciones de visibilidad se han visto gravemente comprometidas, obligando a la suspensión de vuelos.
Bolivia, por su parte, registró 63 537 focos de calor, lo que representa el 18,1 % de los incendios en el continente. La situación en este país ha sido tan crítica que el Gobierno se vio obligado a declarar una emergencia nacional.
Según datos de organizaciones privadas, más de 4 millones de hectáreas de bosques y pastizales fueron destruidas por el fuego en lo que va del año. Esta devastación puso en riesgo no solo el medio ambiente, sino también la subsistencia de las comunidades locales que dependen de estos recursos naturales.
En Ecuador, según un informe emitido el 10 de septiembre por la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, se registraron 2 703 incendios forestales, donde 135 cantones y 524 parroquias se han visto afectadas.
Venezuela, con 38 990 incendios forestales registrados, ocupa el tercer lugar en el ranking de focos de calor en Suramérica, seguido de Argentina (21 732 focos), Paraguay (18 926), Colombia (14 346) y Perú (10 017).
En total, la región registra 4 618 incendios activos, siendo Brasil y Bolivia los países con las situaciones más críticas. A pesar de la magnitud del problema, las cifras de 2024 aún no alcanzan los niveles récord de años anteriores, como en 2007, cuando se contabilizaron 469 013 incendios forestales entre enero y septiembre.
El incremento en los incendios forestales en Suramérica ha sido favorecido por una histórica sequía que afecta especialmente a la Amazonía. Esta situación causó a que importantes ríos de la región alcancen niveles mínimos de caudal, lo que facilita la propagación del fuego.
Sin embargo, no todos los incendios se deben a causas naturales. De hecho, muchos de ellos son provocados por actividades humanas, como la deforestación ilegal y la expansión de la frontera agrícola.
El Gobierno de Brasil denunció que gran parte de los incendios en su territorio son de origen criminal, lo que ha complicado aún más los esfuerzos de control y mitigación.
El impacto de estos incendios no se limita solo a la destrucción de ecosistemas y la pérdida de biodiversidad. También tiene consecuencias a nivel global, ya que la Amazonía, conocida como “el pulmón del mundo”, juega un papel crucial en la regulación del clima planetario. La pérdida de millones de hectáreas de este bioma podría tener efectos irreversibles en la lucha contra el cambio climático. (EFE)
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