Los padres de hoy están más estresados que nunca. Y no es una sensación: una encuesta reciente de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por su sigla en inglés) arrojó que casi la mitad se siente abrumadoramente estresado todos los días, frente al 25% de quienes no tienen hijos.
Además, el 66% de los padres informaron estar “consumidos por preocupaciones relacionadas con el dinero”, en comparación con el 39% de otros adultos que no eran padres.
Será por eso que el director de sanidad de Estados Unidos, doctor Vivek Murthy, declaró que el estrés parental es un tema urgente de salud pública, y reconoció que los niveles de agotamiento físico y mental que experimentan los padres hoy puede deteriorar su salud y bienestar, y, en consecuencia, afectar negativamente a sus hijos.
¿Qué es el estrés parental?
“El estrés parental puede entenderse como el agotamiento que viven los padres constantemente en una época en la que está bien visto el multitasking, y los adultos están todo el tiempo atados a las actividades de los chicos, los horarios del trabajo, las tareas del hogar, las actividades propias, etc”. Así comenzó a definir ante la consulta de Infobae la licenciada en Psicología especialista en crianza y orientación a padres y coautora de Adolescencia divino tesoro, Lorena Ruda (MN 44247).
Y tras analizar que “quizá en otras épocas era más común que los padres eran los que salían a trabajar y las madres se ocupaban de las cuestiones de la crianza y de todo lo que tenía que ver con los chicos”, destacó que “pese a que ahora por suerte esas tareas están repartidas, las mujeres también trabajan fuera de casa y las exigencias se multiplican”.
Para la licenciada en Psicología con orientación Perinatal y Reproductiva María Agustina Capurro (MN 69748), lo que viven las madres y los padres de hoy “es un fenómeno social con correlato clínico e impacto en la salud integral que debe ser leído en clave de época”.
“El estrés y/o burnout parental derivado de las desafiantes tareas de compatibilizar vida laboral, presiones económicas, la ausencia de red y políticas que acompañen y sostengan la crianza y los cuidados es una realidad epocal poco estudiada pero con mucha presencia clínica y también en las calles”, agregó a Infobae.
“Además, en Argentina, se suman las preocupaciones económicas, las posibles pérdidas de trabajo y diferentes situaciones socioeconómicas que llevan también a un estado de ansiedad dentro de las casas, que también hace que los adultos estén estresados”, observó Ruda, para quien “esa situación indefectiblemente se pone en juego a la hora de estar adentro de casa con los hijos”.
En una nota previa con este medio, el psicólogo y sexólogo Mauricio Strugo (MN 41436) había expresado que “los padres de hoy están sumamente comprometidos con la crianza. En el caso de los hombres, muchos son más conscientes de la importancia del trabajo en equipo, ya que comprenden el valor de su participación en la educación de sus hijos, y porque no tienen más opción que turnarse para cumplir con todas las responsabilidades diarias que parecen no tener fin”.
Según él, “esta forma de vivir corriendo entre el colegio, el trabajo y tratando de que todo esté listo para que todos se vayan a dormir temprano, con el fin de cerrar el día de la mejor manera posible, genera un desgaste que, al repetirse diariamente, se convierte en estrés crónico, lo que finalmente provoca tensiones dentro de la familia e incluso separaciones y divorcios”.
En la misma línea, otra encuesta realizada en los EEUU mostró que el 65% de los padres y el 77% de los padres que crían solos declararon experimentar soledad, en contraste con el 55% de quienes no tienen hijos. El aislamiento y la sensación de soledad pueden intensificar las presiones que enfrentan los padres, ya que “la conexión social actúa como un amortiguador del estrés”, señaló Murthy. Y reconoció que “cuando las personas se sienten aisladas, incluso los factores estresantes cotidianos pueden volverse agobiantes”.
Cómo afrontar el estrés de ser padres hoy
En este punto, “el aprendizaje de delegar algunas responsabilidades genera alivio”. “Saber delegar o pedir ayuda puede ser una herramienta útil para que la carga esté un poco más repartida”, remarcó Ruda, para quien “se sabe que por excelencia las mujeres tienen una carga mental mayor que la del varón en relación a cómo funciona la casa, las actividades de los chicos, los útiles escolares que tienen que llevar, la plata para la excursión, etc. Las mujeres en general tienden a estar ocupadas y preocupadas por estas cuestiones, por lo que aprender a pedir y a delegar puede ayudar a disminuir esa carga”.
A su vez, en su mirada, “como la responsabilidad de sostener económicamente a la familia ahora también está repartida, eso ayuda a los varones a tener menos presión, ya que en otras épocas toda esa responsabilidad de sostén era del varón y las preocupaciones estaban repartidas también”. “Hoy las mujeres también tienen la posibilidad de ser sostén del hogar, pero falta delegar la carga mental y creo que la clave es lograr ese equilibrio para poder estar menos estresados”, concluyó.
Texto original de Infobae
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