Jerusalén (EFE).- Una veintena de palestinos fallecieron en Gaza en las últimas horas, o sus cuerpos fueron hallados entre las ruinas, tras una noche de ataques israelíes concentrados principalmente en el norte y centro de la Franja, según fuentes palestinas y la defensa civil.
Al menos cuatro cuerpos fueron recuperados entre los escombros anoche cuando aviones israelíes bombardearon un apartamento en el barrio de Tufah, al este de la norteña ciudad de Gaza, según un comunicado de las autoridades de defensa civil.
En esta misma urbe, la que fuera la vibrante capital gazatí, los equipos médicos también recuperaron los cadáveres de seis personas de dos familias, entre ellas una niña y tres mujeres, después de que un ataque con misiles tuviera como objetivo un apartamento.
Otros siete ciudadanos, incluidos niños y mujeres, murieron en el bombardeo de un apartamento en la torre Hadeel, en el campamento de Maghazi en el centro de Gaza, informó la agencia palestina Wafa.
La localidad, en el corazón de la Franja, sufre desde hace más de una semana una ofensiva terrestre israelí en sus barrios orientales.
Esta rompió con el estatus de Deir al Balah, que hasta el momento se había librado de los ataques de las tropas -no de los aéreos- y servía como refugio a miles de palestinos -la mayoría ya localizados en la “zona humanitaria” al oeste de la ciudad-, así como de centro de operaciones de mucha ONGs.
En la zona sur cinco gazatíes murieron y otros resultaron heridos en un bombardeo contra un apartamento familiar en el campamento de refugiados de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, según comunicó el portavoz de la defensa civil, Mahmud Basal.
A la espera de las cifras de Sanidad de hoy, más de 40.435 gazatíes ya han perdido la vida en esta guerra, y alrededor de 93.500 han resultado heridos, según el último recuento con datos de hospitales, mientras que se propagan enfermedades por hacinamiento, falta de agua potable e ausencia de higiene en los campamentos de desplazados.
Por su parte, El Ejército israelí rescató al rehén Kaid Farhan al Qadi, un beduino de 52 años, en el sur de la Franja de Gaza, donde permanecía secuestrado por Hamás desde el pasado 7 de octubre, informó un comunicado castrense.
“Su estado de salud es estable y está siendo trasladado al hospital para hacerle más pruebas médicas”, aseguraron las fuerzas armadas, que ya han informado a su familia del rescate.
De los 251 secuestrados el 7 de octubre, quedan en el enclave 104 cautivos -34 confirmados muertos-, mientras que hay otros cuatro rehenes desde hace años, de ellos dos soldados muertos.
La “compleja operación”, según las fuerzas armadas, se llevó a cabo de la mano de la agencia de inteligencia interior de Israel, el Shin Bet, y permitió sacar tras 326 días de cautiverio en la Franja a Al Qadi.
“No pueden publicarse más detalles por consideraciones sobre la seguridad de nuestros rehenes, la de nuestras fuerzas y la seguridad nacional”, añadió el comunicado castrense.
La ONU dijo que la última orden de evacuación en una supuesta zona de protección humanitaria en Gaza ha sido dada por Israel con poca anticipación ,”en condiciones peligrosas” y que el área afectada comprende centros médicos, una planta desalinizadora, pozos y una instalación clave de almacenamiento de ayuda.
La zona en cuestión se encuentra precisamente en Deir al Balah y la orden militar también se aplica a un campo de refugiados que los palestinos deben abandonar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostuvo que esta evacuación también puede afectar la campaña de vacunación contra la polio que está ultimando con el objetivo de inmunizar a 640.000 niños menores de diez años.
El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Josep Borrell, urgió a un alto el fuego humanitario de tres días en Gaza para poder vacunar a los niños contra la polio, enfermedad que se está extendiendo con rapidez en la Franja.
Por otro lado, el grupo islamista Hamás hizo un llamado a “escalar la resistencia” contra la ocupación israelí en Cisjordania y Gaza, después de que anoche cinco palestinos, al menos uno de ellos miliciano, muriesen en un ataque israelí con dron en Tulkarem, norte de la Cisjordania ocupada y uno de los puntos más calientes.
Además, Hamás reiteró que este tipo de incursiones militares israelíes, más frecuentes y más letales en Cisjordania desde el inicio de la guerra en Gaza el pasado octubre, “no detendrá la marea de resistencia” ni tampoco, dijo, “traerá seguridad y estabilidad a la ocupación, sino que incendiará la tierra bajo los pies de sus soldados y colonos”.
Un palestino de 37 años murió también el lunes por la noche en Wadi Rahal, al sur de Belén y en el centro de Cisjordania, en un choque con colonos israelíes en la aldea que abrieron fuego contra sus habitantes, hiriendo además a otras tres personas, según informó el Ministerio de Sanidad palestino.
Anoche cinco palestinos, dos de ellos adolescentes, murieron cuando un dron israelí disparó varios misiles contra una vivienda en el barrio de Al Manshiya, en el campamento de refugiados de Nur Shams de Tulkarem, foco de resistencia armada palestina donde Israel ha matado en lo que va de 2024 al menos a 80 palestinos, muchos milicianos de la Yihad o de Hamás.
Esa cifra solo se equipara a los muertos en incursiones militares israelíes en Yenín, que desde el 1 de enero también suman 80 fallecidos, en el que continúa siendo el principal e histórico bastión del movimiento miliciano en el norte de Cisjordania ocupada.
Por su parte, el Ejército israelí dijo anoche que el objetivo del avión no tripulado había sido “una sala de operaciones” en la zona de Nur Shams, informó un comunicado militar. Al menos uno de los muertos ha sido reivindicado como miliciano de Hamás.
Mientras tanto, una veintena de familiares de los 105 rehenes que siguen a manos de Hamás en la Franja de Gaza cortaron con carteles y bengalas de mano la autopista Ayalon en Tel Aviv para demandar un acuerdo de liberación al Gobierno israelí.
La principal pancarta que portaban los manifestantes decía “No hay un acuerdo abandonado. Hay abandono”, en alusión a lo que muchos israelíes consideran una falta de voluntad del primer ministro Benjamín Netanyahu.
También portaban imágenes de algunos de los seis rehenes cuyos cuerpos sin vida fueron recuperados el pasado 20 de agosto de un túnel en Jan Yunis, sur de Gaza, todos con herida de bala, según las autopsias.
El pasado día 25, sin ningún avance, concluyó en El Cairo una nueva ronda de negociaciones, con representantes de los países mediadores Catar, EE.UU. y Egipto, y delegaciones de Israel y del grupo islámico Hamás, que volvieron a chocar en los mismos escollos.
Pero el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, aseguró este lunes que hay grupos de trabajo que siguen negociando en El Cairo un alto el fuego y que las conversaciones entre los mediadores están ahora más centradas en los detalles del plan de cese de las hostilidades.
Por otro lado, los países islámicos rechazaron este martes la sugerencia del ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir, de construir una sinagoga en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, y advirtieron de que la entrada y el rezo de los judíos ahí “alimenta el conflicto religioso y el extremismo”.
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