El Municipio de Quito ha generado polémica con la reciente adquisición de 20 nuevos vehículos destinados a los concejales, una compra que algunos de ellos aseguran desconocer y rechazan públicamente. La mañana de este martes, 13 de agosto, en el parqueadero del teatro Capitol, en el centro histórico de la capital, varios de estos automóviles fueron vistos siendo limpiados y preparados para su entrega, aunque la administración municipal aún no ha emitido un pronunciamiento oficial al respecto.
Los vehículos adquiridos son de la marca china DFSK, modelo Glory 580 Pro, un SUV cuyo valor en el mercado nacional es de aproximadamente $21,400. De haber sido comprados a este precio, la inversión total del Municipio habría alcanzado casi medio millón de dólares. Sin embargo, la cantidad de automóviles adquiridos sugiere que podrían haber negociado un precio inferior, aunque aún se sumarán los costos de mantenimiento.
De acuerdo con información de La Hora, la compra de estos vehículos ha generado críticas por parte de varios concejales. Bernardo Abad y Wilson Merino expresaron su rechazo a recibir uno de estos automóviles, argumentando que los vehículos que utilizan actualmente aún están en buenas condiciones. Abad, quien se encuentra de vacaciones, aseguró que su conductor le informó sobre la nueva asignación, pero indicó que no aceptará el nuevo vehículo, ya que solo utiliza el asignado previamente para actos oficiales y traslados necesarios. Merino, por su parte, envió una carta rechazando el nuevo vehículo, subrayando que su automóvil actual está en buen estado y cuestionando la priorización de recursos en esta compra en lugar de invertir en el fortalecimiento del transporte público.
Michael Aulestia también se unió al rechazo, calificando la compra como imprudente en un momento en que la ciudadanía demanda inversión en obras. Aulestia sugirió que, en lugar de asignar estos vehículos a los concejales, deberían destinarse a funcionarios que requieren movilización constante para trabajo en territorio.
En contraste, la concejala Analía Ledesma explicó que el cambio de flota vehicular es un proceso rutinario gestionado por la Secretaría de Concejo y aprobado por el Gobierno central, a través de un proceso de licitación en el que DFSK presentó la oferta más económica. Según Ledesma, los concejales no solicitaron este cambio de vehículos, y simplemente se cumplió con el proceso administrativo establecido.
Andrés Campaña, otro concejal, aclaró que el alcalde es quien dirige la administración del Municipio y que los concejales no participan en los procesos de contratación pública. Campaña señaló que, de acuerdo con un informe de la Unidad de Mantenimiento, 26 de los 104 vehículos del Municipio ya cumplieron su vida útil, lo que motivó la compra de 22 vehículos nuevos, con un costo total de $657,000, que incluye mantenimiento preventivo por cinco años.
Campaña también destacó que, aunque no fueron los concejales quienes solicitaron estos nuevos vehículos, si se le asigna uno, no vería problema en aceptarlo, dado que la compra ya fue realizada. Sin embargo, hizo hincapié en que le sorprendió que los vehículos adquiridos sean a diésel, cuando el plan maestro de movilidad sostenible del Municipio apunta hacia la adquisición de vehículos eléctricos para reducir emisiones.
Este tema sigue generando debate y ha puesto en el centro de atención las prioridades de gasto del Municipio de Quito, especialmente en un contexto donde la inversión en obras y la mejora del transporte público son demandas crecientes de la ciudadanía.
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