El lunes a Japón, país del sol naciente, lo sacudió un terremoto bursátil. El Nikkei se desplomó 12 %. La manada global de inversionistas siguió al líder: estampida. A medida que amanecía el día en otras plazas, se desplomaban las bolsas de valores. La DAX alemana en 2 % e igual la Bolsa de Londres una hora después. En Nueva York el NYSE 2,8 % y Nasdaq, donde priman las acciones tecnológicas, 6 %. ¿Qué pasó? ¿Hay que preocuparse?
Son secuelas de la pandemia de 2020. Para combatirla el mundo recurrió a cuarentenas. Las cuarentenas generan recesión, y los bancos centrales emitieron dinero y subsidiaron a los ciudadanos para amortiguar la contracción económica. El exceso de dinero encendió la inflación, y en 2022 los bancos centrales elevaron las tasas de interés para combatirla. Las altas tasas sofocan la inflación pero frenan la actividad económica, y las autoridades tienen que medir hasta cuánto subir las tasas y cuándo empezar a bajarlas. En esa etapa estamos hoy.
En EE. UU. los expertos discuten si ya es hora de comenzar a bajar la tasa de interés del Federal Reserve (el banco central) que está en 5,33 %. El jueves 31, el Fed mantuvo la tasa de interés, priorizando la lucha contra la inflación a riesgo de incrementar el riesgo de recesión. El viernes 1 salieron las estadísticas de empleo en EE. UU. indicando un deterioro del mercado laboral. Los inversionistas se pusieron nerviosos. ¿Se viene una recesión?
El mismo julio 31 el Banco del Japón elevó su tasa de interés de 0 % a 0,25 %. Con la tarifa de 0 %, muchos inversionistas tomaron créditos para invertir en la bolsa. En el momento en que se anuncia que comienza un periodo de tasas más altas, los inversionistas vendieron sus acciones y cancelaron los préstamos. Y ahí el colapso bursátil.
En EE. UU. durante este periodo de altas tasas la bolsa de valores ha tenido un comportamiento espectacular, en los últimos 365 días el índice S&P ha trepado 16,6 %. Los inversionistas, si bien están felices con este rendimiento, están conscientes de que las acciones están sobrevaloradas y en algún momento tendrán que bajar. Al ver la caída del mercado japonés y los datos de empleo, se asustan y venden. Cae más Nasdaq debido a una desilusión del mercado por la ausencia de beneficios económicos inmediatos del desarrollo de la IA. Bajó el precio del petróleo y escaló el riesgo país ecuatoriano.
Pero todo fue un susto, nada más. Según Goldman Sachs, aumenta la posibilidad de una recesión pero solo al 25 % (antes; 15 %). El Banco del Japón anunció que mientras el mercado esté nervioso no volverá a subir la tasa de interés: el Nikkei se recuperó 9 % el martes. En Washington, el Federal Reserve recalcó que EE. UU. no está en recesión; inmediatamente las bolsas de valores y el petróleo recuperaron parte del valor perdido los días anteriores. El mercado anticipa que a fines del mes el Fed reducirá los intereses en 0,5 puntos, el doble de lo anticipado. La manada vuelve a pastar en tranquilidad.
Este susto redundaría en un mejor entorno para Ecuador. Si baja sostenidamente la tasa de interés, se abarata el servicio de la deuda externa, los menores costos financieros estimulan la inversión, y se deprecia el dólar tornando más competitivas las exportaciones. Otra cosa sería si hay recesión. Pero ese no es el caso. (O)
Texto original de El Universo
https://www.eluniverso.com/opinion/columnistas/la-estampida-nota/
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