El lema del Día Internacional de la Juventud 2024 es «De los clics al progreso: Vías digitales de la juventud para el desarrollo sostenible». Hace hincapié en el papel de la tecnología digital en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Según el documento de síntesis del Día Internacional de la Juventud de las Naciones Unidas, la rápida transformación digital que se está produciendo en todo el mundo fue reconocida por el Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (GNUD) como una de las seis transiciones que tienen efectos catalizadores y multiplicadores en todos los ODS. En el informe de 2021 «Nuestra Agenda Común», el Secretario General de la ONU hizo hincapié en la necesidad de apoyar a las personas para que naveguen por las transiciones tecnológicas, junto con los cambios demográficos y climáticos.
La ONU afirma que los jóvenes, como generaciones digitales y visionarios, están a la vanguardia de la adopción de nuevas tecnologías, y forman el mayor grupo demográfico de usuarios y desarrolladores que dan forma a las tendencias digitales a nivel mundial, lo que los convierte en la fuerza impulsora de la digitalización y la innovación, y en un grupo demográfico esencial para aprovechar el poder transformador de las tecnologías para hacer frente a los desafíos globales.
Desafíos
Con una población juvenil que supera los 1.200 millones, los jóvenes se encuentran en el epicentro de cambios sociales, económicos y tecnológicos sin precedentes, que presentan tanto oportunidades como retos significativos.
Uno de los desafíos más críticos es el acceso a una educación de calidad. A pesar de los avances en la matriculación escolar, aún existen brechas significativas en la calidad de la educación recibida, particularmente en regiones en desarrollo. Esto, sumado a la creciente automatización y digitalización, ha creado una demanda urgente por habilidades técnicas y digitales que muchas veces están fuera del alcance de los jóvenes más vulnerables.
El empleo juvenil es otro reto acuciante. La tasa de desempleo entre jóvenes sigue siendo alarmantemente alta, exacerbada por la pandemia de COVID-19 que dejó a muchos sin empleo o con trabajos precarios. A esto se suman las condiciones laborales inestables y la falta de oportunidades que alineen sus aspiraciones con la realidad del mercado laboral.
El cambio climático también es una preocupación central para la juventud. Cada vez más jóvenes se convierten en activistas ambientales, exigiendo acciones contundentes para mitigar los efectos del calentamiento global. Sin embargo, muchos sienten que sus voces no son suficientemente escuchadas en la toma de decisiones a nivel global.
La salud mental se ha convertido en un tema de creciente preocupación. La presión por cumplir con las expectativas sociales y académicas, junto con la exposición constante a las redes sociales, ha llevado a un aumento en los índices de ansiedad, depresión y otras enfermedades mentales entre los jóvenes.
Finalmente, la participación política sigue siendo un desafío. Aunque la juventud está cada vez más involucrada en movimientos sociales y causas globales, muchos jóvenes aún enfrentan barreras para participar plenamente en los procesos políticos, lo que limita su capacidad de influir en las decisiones que afectarán su futuro.
En este Día Internacional de la Juventud, es fundamental reconocer estos desafíos y trabajar colectivamente para superarlos. Los jóvenes no solo son el futuro, sino también el presente, y es crucial que se les proporcionen las herramientas y oportunidades necesarias para construir un mundo más justo, inclusivo y sostenible.
Con información de la OPS
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