La violencia criminal obliga a que los municipios y otros gobiernos locales adquieran chalecos con protección balística y cascos antibala para bomberos, agentes de control y paramédicos
Estos funcionarios, a diferencia de policías y militares, no tienen competencia en seguridad, pero han sido víctimas de ataques.
En documentos que justifican las compras se aclara que sus vidas corren peligro, porque los bomberos y paramédicos son los primeros en llegar a zonas consideradas peligrosas, apenas minutos después de haberse registrado balaceras o masacres.
En Manta, el 57 % de emergencias atendidas en el 2023 fue por impacto de armas de fuego, lo que implica riesgo muy alto para el personal que debe asistir a los heridos, según un informe de necesidad que se presentó para adquirir el material.
Los chalecos deben cubrir todo el torso, y el casco de seguridad brinda protección contra armamentos ligeros y absorben la fuerza ejercida por las ondas de choque de una explosión.
El Cuerpo de Bomberos de Azogues también inició un proceso de adquisición de chalecos y cascos antibalas. Justifican esta compra por el aumento de muertes violentas desde el 2021 y por el riesgo de sus colaboradores al atender heridos en tiroteos.
Incluso citan un evento de abril del 2022 cuando una ambulancia de milagro fue atacada en la carretera. En las investigaciones se conoció que los atacantes se confundieron porque creyeron que el paciente trasladado era el cabecilla de una banda criminal rival. Los tres trabajadores de la ambulancia fueron asesinados.
En Guayaquil, estos elementos de seguridad se entregarán a los agentes de control porque están expuestos a diferentes actuaciones en los espacios públicos que representan un inminente riesgo a su integridad física y porque participan de operativos con otras dependencias. El Municipio prevé comprar 1 050 chalecos de protección balísitica y 50 cascos tácticos.
También hay un proceso de compra de chalecos y cascos en Santa Rosa, provincia de El Oro, para los guardias y policías municipales.
Los municipios que están interesados en adquirir estas protecciones están dispuestos a pagar cerca de USD 620 000. Los costos de cada chaleco antibalas puede variar entre USD 100 y USD 500, y de los cascos entre USD 200 y USD 300.
Algunas empresas de atención prehospitalaria también han blindado sus ambulancias para que puedan resistir impactos de bala.
Texto original de Ecuavisa
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