En Estados Unidos, el debate sobre la seguridad del consumo de alcohol ha alcanzado un punto crítico. Mientras la opinión pública cambia y la ciencia sigue evolucionando, la industria del vino y otras bebidas alcohólicas se encuentran ahora en una pugna intensa con defensores de la salud pública, así lo informó San Francisco Chronicle.
Durante décadas, se ha considerado que beber moderadamente podía ser beneficioso para la salud cardiovascular. Sin embargo, estudios recientes y cambios en la percepción pública están alterando esta visión. Según encuestas de Gallup, el porcentaje de estadounidenses que creen que el consumo moderado de alcohol es perjudicial para la salud aumentó del 22% al 39% entre 2005 y 2023.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que ‘ningún nivel de consumo de alcohol es seguro para la salud’”, informó el medio. Esto ha contribuido a una disminución histórica en las ventas globales de vino. Todo esto acontece mientras Estados Unidos se prepara para actualizar sus Directrices Dietéticas en 2025, las cuales podrían incluir una recomendación para reducir el consumo de alcohol.
En este contexto, la industria del alcohol está preocupada por posibles sesiones en el comité encargado de esta revisión. “Los defensores de la industria creen que varios de los científicos del panel han mostrado sesgos anti-alcohol”, dijo el medio. Dicha preocupación surge debido a que muchos de los miembros del subcomité son expertos en trastornos por uso de sustancias, lo que podría influir en los resultados de manera adversa para la industria.
El director del Instituto Canadiense para la Investigación del Uso de Sustancias en la Universidad de Victoria, Dr. Tim Naimi, ha sido una figura controvertida en este debate. Como parte del panel de revisión científica de la última actualización de las Directrices Dietéticas de Estados Unidos en 2020, Naimi ya había recomendado reducir el consumo seguro de dos bebidas por día a una. Sin embargo, las agencias federales rechazaron esa propuesta. “Naimi envió un papel similar en su país de origen, Canadá, recomendando una reducción significativa del consumo semanal de alcohol”, señaló el medio.
A pesar de semejantes controversias, defensores de la industria del vino, como la Dra. Laura Catena, argumenta que la investigación no apoya una narrativa de “ningún nivel seguro”. “La gente está tratando de idear argumentos para decir que no hay un límite seguro, y eso no es legítimo según la ciencia actual”, explicó Catena al medio.
En el complejo debate sobre los riesgos y beneficios del consumo de alcohol, ambos bandos están atentos a la actualización de las Directrices Dietéticas. Mientras los defensores del alcohol temen un cambio drástico, los críticos sostienen que cualquier revisión debería estar basada en pruebas científicas sólidas y libres de influencias ideológicas.
Texto original de Infobae
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