Las lluvias registradas en junio del 2024 en Ecuador aceleraron el proceso de erosión regresiva del río Coca, en la provincia de Napo.
Actualmente, este fenómeno natural está a solo 6 kilómetros de las obras de captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, así lo señala el monitoreo diario de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), del 19 de junio de 2024.
En el documento se detalla que el fenómeno natural avanzó medio kilómetro aguas arriba del río Coca, en un solo día. El 16 de junio de 2024 se registró una crecida inusual del afluente y movió el punto cero de la erosión.
El caudal del río Coca de ese día fue de 3 354 metros cúbicos por segundo en el punto de la erosión, el segundo más alto de los últimos tres años.
Por lo general, los caudales del río Coca son altos en los meses de junio y julio de cada año, ya que empieza la época invernal en la Amazonía. Pero, el del 16 de junio es inusual porque un caudal similar se registró en julio del 2021 (3 400m³/s). Los estudios señalan que estos niveles de agua tienen un tiempo de repetición de 10 años. Es decir, tendría que haberse dado en 2031, pero se repitió en solo tres años.
El 16 de junio de 2024, la erosión regresiva del río Coca pasó del kilómetro 7,3 al kilómetro 6,8 en dirección a las obras de captación de agua de la central Coca Codo Sinclair, aunque este dato está pendiente de confirmación, según el mismo informe.
Según expertos, el punto cero de la erosión habría avanzado más de un kilómetro en estos días de lluvias y actualmente estaría a solo 6,2 kilómetros de distancia de la captación.
Para Ricardo Buitrón, consultor de proyectos eléctricos, el avance de la erosión de estos días es significativo porque pasó de una zona donde había materiales más resistentes a un lugar donde hay materiales que pueden ser fácilmente erosionados. Es decir, el proceso de erosión puede ser más acelerado desde ahora.
El Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos (Usace) estimó, en un informe de febrero de 2024, que el fenómeno iba a llegar a las obras de captación en un tiempo aproximado de entre dos a cinco años. Si las estimaciones más pesimistas se cumplen, el fenómeno natural llegaría a esta infraestructura antes de 2026.
Para Carolina Bernal, docente de la Escuela Politécnica Nacional, este es un fenómeno natural sin precedentes en el mundo y puede ser que llegue a las obras de captación mucho antes de lo estimado por el Cuerpo de Ingenieros de los EE.UU.
Las fuertes lluvias no solo amenazan las obras de captación de agua de Coca Codo Sinclair por el proceso erosivo, sino que también afectan la operación normal de esta hidroeléctrica. Desde el 16 de junio de 2024, han cerrado, al menos, dos veces las compuertas por la gran cantidad de sedimentos, lo que ha obligado a paralizar la operación normal de la central y a retomar los cortes de luz en varias ciudades del país.
La erosión regresiva del río Coca se registra desde febrero del 2020 tras la desaparición de la cascada San Rafael, en el límite provincial de las provincias Napo y Sucumbíos, a una distancia de 19,2 kilómetros de las obras de captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
En cuatro años, el fenómeno ha recorrido cerca de 13 kilómetros aguas arriba y se detuvo por varios meses en la zona de la desembocadura del río Malo, entre 7 y 8 kilómetros de distancia de las obras de captación. Ahora el fenómeno está a 6 kilómetros.
Desde 2020, el fenómeno natural ha destruido oleoductos, puentes, vías y más infraestructura estatal y privada. Las pérdidas son millonarias.
Coca Codo Sinclair es la central hidroeléctrica más grande del país, tiene una capacidad de potencia de 1 500 MW y actualmente genera el 25 % de la demanda de energía del país. Es decir, si esta central deja de operar, la cuarta parte del Ecuador quedaría sin electricidad.
La hidroeléctrica entró en operaciones en 2016 y debía funcionar por 50 años. Fue construida por la empresa china Sinohydro. El costo total de la obra fue de 3 311 millones de dólares, sin contar con el costo de las líneas de transmisión, que suman otros USD 1 500 millones más.
Texto publicado en El Comercio
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