En un intento de diluir la fuerte ventaja que le lleva la ultraderechista Renovación Nacional (RN) en los sondeos de intención de voto para los comicios legislativos, el Gobierno francés se ha puesto en modo electoral. La campaña ha comenzado de forma extraoficial de manera brutal, con un país que apenas acaba de asumir la nueva convocatoria tras las europeas del pasado domingo y que asiste asombrado a la posibilidad de que el RN pueda acceder al Gobierno.
La ofensiva del Ejecutivo comenzó con el anuncio de una serie de medidas en distintos campos en los que el RN ha conseguido superarle en la percepción de buena parte de los franceses, como más dureza contra la delincuencia y la violencia juveniles y más control sobre las actividades ilegales de los presos en las cárceles.
Además, Gabriel Attal, el primer ministro francés, anunció que antes del 1 de julio se aprobará un decreto para aplicar la reforma del subsidio de desempleo. Esta medida fue muy criticada por los sindicatos porque endurece las condiciones para su cobro como medida para incitar a que los parados acepten el primer trabajo que se les ofrezca.
Attal visitó después Boulougne sur Mer, en el departamento de Paso de Calais, un tradicional feudo de la ultraderecha de Marine Le Pen, donde declaró que debatió con los ciudadanos mientras otros partidos maquinan alianzas a puerta cerrada. También acusó al RN de “hacer de Papá Noel” con promesas electorales que sabe que no podrá cumplir.
En el campo gubernamental, el índice de aprobación del presidente Emmanuel Macron ha caído este mes hasta al 24 por ciento. Se trata del índice más bajo desde el inicio de su segundo mandato, según el sondeo mensual de Elabe para Les Echos publicado hoy.
Prosigue la guerra interna en LR
Mientras tanto, la guerra interna por el control del conservador Los Republicanos (LR), continuó entre el presidente Ciotti, y la comisión ejecutiva del partido, que decidió ayer expulsarlo por pactar por su cuenta con la ultraderecha lepenista. Ciotti acudió a su despacho a la sede del partido y se asomó a la ventana para decir a los periodistas que él seguía al frente.
Sobre todo, presentó un recurso judicial de urgencia contra la decisión de la comisión ejecutiva, sobre la base de que había violado los estatutos del partido. El tribunal judicial de París estudiará mañana, viernes, ese recurso para decidir lo antes posible sobre su validez.
La comisión ejecutiva iba a reunir de nuevo a última hora de la tarde de hoy para revalidar su decisión, ya que asegura que, tras tomar decisión ayer por unanimidad, ahora tiene suficientes firmas de cargos electos para confirmarla. Sin embargo, el partido informó que esa cita fue aplazada a mañana viernes por “razones de organización”.
Aún así, uno de los líderes rebeldes a Ciotti, François Xavier Bellamy, reconoció hoy que, si tuviera que elegir en una segunda vuelta entre un ultraderechista de RN o un izquierdista de La Francia Insumisa, elegiría al primero. De momento, Ciotti y las dos grandes figuras del RN, Marine le Pen y Jordan Bardella, mantuvieron hoy un almuerzo del que no han trascendido su contenido o resultados.
La izquierda sigue negociando
En la izquierda, prosiguen las discusiones sobre el programa de su nuevo ‘Frente Popular’ y de quién podría ser su candidato a primer ministro, puesto para el que el fundador de LFI, el cáustico Jean Luc Mélenchon, no se ha descartado.
De momento, las negociaciones sobre el reparto de candidaturas parecían atascadas ya que LFI, aunque ha cedido a candidatos del PS muchos distritos electorales, en la gran mayoría de ellos la izquierda no tiene apenas posibilidades de victoria, por lo que trabaja en un reequilibrio, según apuntaron fuentes del proceso.
Una de las principales figuras del Partido Socialista (PS), Carole Delga, presidenta de la región de Nueva Aquitania (suroeste), recalcó hoy que esa alianza debe “proponer una alternativa creíble, social y ecológica”, por lo que Mélenchon “no será primer ministro”.
El primer ministro Attal, que llegó a las filas del macronismo tras militar en el PS, lanzó varios dardos a su antigua formación por aliarse con partidos como LFI o el pequeño Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), a los que cataloga con tendencias antisemitas por negarse a reconocer los ataques de Hamás a Israel del 7 de octubre. Attal, que recordó su antigua pertenencia al PS, calificó de “acuerdo de la vergüenza” que los socialistas se vayan a aliar con partidos con tendencias que describió como antisemitas o antilaicistas.
Y en el otro extremo del arco político, el líder ultranacionalista Éric Zemmour, calificó hoy de “récord del mundo de la traición” el abandono de su partido Reconquista que ayer anunciaron varios eurodiputados recién elegidos el pasado domingo, encabezados por Marion Márechal (sobrina de Marine Le Pen), a fin de apoyar al RN en busca de una mayoría “patriota”. (EFE)
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