Un ataque del Ejército ucraniano con drones causó una interrupción parcial del suministro eléctrico en la región rusa de Oriol, cerca de la frontera con Ucrania, tras causar daños en la infraestructura energética.
“La región de Oriol fue atacada de nuevo por vehículos aéreos no tripulados enemigos. Durante su neutralización resultaron dañadas las instalaciones de infraestructura energética de los distritos de Glazunovski y Sverdlovski, lo que provocó una interrupción parcial del suministro eléctrico a varios hogares”, comunicó el gobernador de Oriol, Andrei Klichov, en su canal de Telegram.
Klichov también aseguró que los servicios de emergencia ya lograron acabar “con las consecuencias del ataque” tras restablecer el suministro eléctrico.
Por otra parte, un ataque ruso con misiles dejó más de 10 heridos la madrugada del jueves en Odesa, una ciudad portuaria ucraniana que fue blanco de bombardeos mortales a inicios de la semana, informaron las autoridades locales.
“Un nuevo ataque ruso con misiles balísticos” alcanzó Odesa, indicó en Telegram Guennadii Trujanov, alcalde de esta ciudad del suroeste ucraniano.
“La infraestructura civil fue destruida” y “13 personas resultaron heridas” en el ataque, precisó el alcalde, agregando que los bomberos intentaban apagar un gran incendio.
Oleg Kiper, gobernador de la región de Odesa, afirmó que el “ataque ruso de misiles contra Odesa dejó 14 heridos”.
Odesa, un puerto sobre el mar Negro vital para las exportaciones ucranianas, es blanco frecuente de ataques mortales con misiles y drones.
Las autoridades locales reportaron la mañana del miércoles al menos tres muertos por un ataque ruso contra Odesa. Un ataque similar el lunes mató a cinco personas.
Rusia lleva meses atacando sin descanso las ciudades ucranianas y avanza en el frente oriental de Ucrania antes de la llegada de la ayuda militar estadounidense.
Rusia violó la prohibición mundial de armas químicas
Por otra parte, Estados Unidos denunció este miércoles que Rusia violó la prohibición internacional de armas químicas con el uso del agente asfixiante cloropicrina y otras sustancias antidisturbios en sus ofensivas en Ucrania. Según señaló el Departamento de Estado en un comunicado, se trata de un método propio de su estrategia bélica cuyo único fin es sacar ventaja sobre el bando enemigo.
“El uso de tales productos químicos no es un incidente aislado y, probablemente, está impulsado por el deseo de las fuerzas rusas de desalojar a las fuerzas ucranianas de posiciones fortificadas y lograr avances tácticos en el campo de batalla”, precisa el escrito.
La cloropicrina es considerado un agente asfixiante y, por tanto, se encuentra prohibido por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que trabaja por implementar y monitorear el cumplimiento de la Convención sobre Armas Químicas (CAQ) de 1933. Su primera aparición en un contexto bélico a gran escala fue durante la Primera Guerra Mundial, cuando las fuerzas alemanas dispararon este gas contra las tropas aliadas.
A esta denuncia se sumó la de poco tiempo atrás del propio Ejército de Ucrania, que sostiene que Moscú ha estado intensificando el uso -también ilegal- de agentes antidisturbios en sus ofensivas en el este del país. Para ello, habrían empleado granadas cargadas con gases CS y CN que, si bien empleadas en un contexto de protestas con civiles permiten a éstos huir y ponerse a refugio, en el caso de la guerra, donde los soldados están atrapados en trincheras sin máscaras antigás, ante la presencia de la sustancia se ven obligados a huir de sus posiciones bajo el fuego enemigo.
(Con información de Europa Press y AFP)
Texto original de Infobae
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