Más vale pájaro en mano que ciento volando, dice el refrán popular. Se puede interpretar como que hay que estar seguros con lo que se puede tener, en lugar de tentar a las posibilidades de tener algo más.
Este análisis depende del tipo o nivel de riesgo que las personas aceptamos ante una disyuntiva, cualquiera que esta sea. La forma como reaccionamos dice sobre nuestra posición frente al riesgo.
Hay unas que aman el riesgo, y están dispuestas a correr con cierto nivel para lograr su propósito. Por el contrario, hay personas que no les gusta el asumir riesgos, por tanto, su percepción del mismo es muy conservadora, prefiriendo siempre lo más seguro. Por último, hay otras que son neutras, que su decisión de riesgo no es ni exageradamente atrevida ni tampoco conservadora. Definiendo en resumen a las personas como: amantes, neutros o adversos al riesgo. Este comportamiento se aplica en cada una de las acciones que emprenden las personas en su diario vivir.
Obviamente es aplicable en la gestión privada, pues en la pública se debe actuar de conformidad con la norma vigente. Aparentemente en la gestión pública no se puede ejercer el riesgo, o el posicionamiento de funcionarios al riesgo, en la toma de decisiones, pues involucran recursos públicos. No se puede arriesgar con los fondos del estado. Por ejemplo, la norma del IESS establece, a los administradores, la limitante de realizar inversiones financieras si el riesgo asociado a esa inversión posible, supera un nivel dado. Así sea una opción muy válida, de hacerlo, los funcionarios estarían contraviniendo la norma.
Caso concreto, el bullado caso de la gestión de las inversiones del ISSFA por un intermediario, descubiertas muy tarde. Este intermediario actuó fuera de la norma, haciendo inversiones de riesgo no permitidas por la norma. Por supuesto que huyó del país y se refugió en México, país que negó el pedido de extradición realizado para ponerlo en la cárcel y descubrir a sus asociados.
La paradoja de la vida, con el avance del tiempo, pensamos que el ser humano mejoraría, pero cuando se vuelve político, todo cambia. Se traspapelaron sus valores y reacciona de forma imprevista y ambiciosa, tomando riesgos con los fondos públicos. Los países estamos para colaborar en la lucha contra la corrupción y las faltas a la norma nacional e internacional. Pero, las autoridades de México desplegaron a través de varios eventos su apoyo a la corrupción: negaron la extradición del intermediario financiero; han dado asilo a casi toda la banda de corruptos; albergan a empresas que operan técnicamente para interferir el orden en otros países; aceptan a prófugos de la justicia en sus instalaciones, entre otros. Asumen su nivel de riesgo en sus decisiones. Pero cuando un ciudadano migrante solicita visa, lo común es que le nieguen. Contradictorio por no decir otra cosa.
Es una coincidencia que también nieguen el apresamiento del perseguido político refugiado en sus instalaciones. ¡No pues! Esos son los acuerdos del grupo alternativo del Foro de Sao Paulo. Por eso los “perseguidos políticos” de Ecuador, después de 2017, huyen a uno de estos países a refugiarse y vivir con todas las comodidades.
Sin embargo, me parece estratégico el accionar desplegado por la Cancillería de Ecuador, al solicitar autorización para ingresar a las instalaciones de la embajada de México en Quito y apresar al prófugo de la justicia que solicitó asilo político. También el propósito creo que era, asegurarse que se encuentre allí y no haya sido plagiado por los mexicanos que lo secuestraron para sacarlo del país y así evadir la justicia ecuatoriana. Parecería que la Administración actual quería estar segura de que el pájaro de cristal no ha volado aún. ¡Bien!
La lógica internacional nos dice que no hay como ingresar y de una sola apresarlo y listo, sacarlo arrastras. Las buenas relaciones internacionales se mantienen a pesar de todos los desafueros entre los dos países. Nos queda un sabor muy amargo de las relaciones internacionales, pero hay que aprender de la política. Aprender que en la política también se debe jugar no tan inocentemente, sin transgredir la norma o los acuerdos internacionales. Hay que aprender a ser maquiavélicos para lograr algunos propósitos, como jugar una partida de ajedrez.
Tratemos de pensar en una estrategia que los corruptos usan, la engañifa.
¿Por qué no escoger una persona ecuatoriana para que solicite asilo político en la embajada de México en Quito? Este personaje, adiestrado para esta estrategia de inteligencia militar, ingresa a la embajada como perseguido político. Deberemos estar ciertos de que cumpla con los requisitos que la norma internacional establece y listo. Estamos adentro. El objetivo, cerciorarse de que el pájaro de cristal no ha volado y advertir a las autoridades mexicanas de su complicidad, en caso de que desaparezca de sus facilidades.
¿Qué conseguimos con esto? Evitar otra afrenta como la fuga de la Angelita, con pleno conocimiento de los CHES, en las narices de los miembros de la policía que custodiaban la embajada. Otro bochornoso evento como este, exigiría las cabezas de las autoridades de la policía nacional, de inteligencia militar y hasta nos podríamos volver cómplices y encubridores.
Sabemos que las relaciones internacionales necesitan grandes dosis de ecuanimidad, respeto y calma, pero tampoco pueden seguir burlándose de nosotros los ecuatorianos de bien. Salen pagando peaje a quien facilita el proceso, y ahí sí, a disfrutar de todo el dinero mal habido y que a los ecuatorianos nos ha costado tanto y terminamos pagando todos. Si no, preguntemos ¿Dónde está la plata que desapareció de los fondos de ayuda para el terremoto de Manabí de 2016? Bien guardados hasta que logre salir, ¿no es cierto?
También podríamos solicitar que un médico ecuatoriano calificado y honesto, certifique el estado de salud del individuo para evitar una muerte falsa. Que salga el cuerpo en ataúd fingiendo su muerte y luego patitas pa´que te quiero. Desaparecer en el vasto territorio nacional y salir frescamente por la frontera rumbo a México, a unirse con todos los compinches. Solo cerciorémonos que está todavía entre nosotros y que en algún momento podrá ser encarcelado. Si no está, la Cancillería debería imponer una estrategia inteligente contra México, pero que se termine el abuso a nuestra soberanía, como pueblo digno.
Que la guerra contra el narcoterrorismo siga con fuerza, para acabar con los corruptos, sus socios, sus pandillas y sus actos delictivos que tanto daño han hecho y hacen a nuestro querido país.
El mundo nos está mirando, el Presidente Noboa ha vuelto a colocar a Ecuador en la vitrina mundial, por sus avances en el control de la corrupción. Sigamos a pie firme con nuestro apoyo.
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Increíble pero eso son los políticos que no saben dónde están parados