Para septiembre de 2024, el Municipio de Quito tiene previsto, dentro del Plan Maestro de Movilidad, instalar medios automáticos para el control de infracciones. Actualmente, la ciudad cuenta con 14 fotorradares y 17 dispositivos de fotomultas, los cuales no han experimentado modificaciones en su tecnología.
La decisión de incorporar medios automáticos más avanzados se alinea con la necesidad de mejorar la eficacia y precisión de los sistemas de control de tráfico.
Dentro del Plan Maestro de Movilidad se estima una inversión inmediata de más de $143.000 para este 2024.
A corto plazo, desde este año hasta 2027, se proyecta una inversión que supera los $719.000. Dicho monto se destinará a la adquisición de los nuevos dispositivos tecnológicos.
Estos medios automáticos serían:
Dispositivos de Fotomultas: que son un medio de sanción electrónico no metrológico que controla los semáforos en rojo, los carriles exclusivos, el mal estacionamiento y los giros indebidos.
Fotorradares: son un medio de sanción electrónico metrológico para control de velocidad.
La Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) tiene en sus planes realizar una inversión para la adquisición de equipos de fotomultas y fotorradares, según lo confirmado por la Secretaría de Movilidad de Quito.
Está programado que el proyecto se ejecutará a partir de septiembre de 2024, con el objetivo de fortalecer las medidas de control de tráfico y garantizar la seguridad vial en la capital ecuatoriana.
De acuerdo con el presupuesto planificado, los montos asignados para esta inversión son los siguientes:
Fotomultas: $662.000.
Fotorradares: $600.000.
Desde la Secretaría de Movilidad se detalló que los montos, los plazos de ejecución, las condiciones técnicas y la ubicación de los dispositivos son variables y pueden fluctuar dependiendo de cómo se desarrollen los diferentes pasos del proceso de contratación.
Desde la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) se aclaró que no se trata de una adquisición de equipos, sino de una “inversión en servicios tecnológicos”. Eso quiere decir que la medida implica la contratación de servicios para la instalación y gestión de fotomultas y fotorradares, más no la compra directa de los equipos.
Destacaron que esta estrategia se alinea con las tendencias tecnológicas, ya que los implementos en el ámbito tecnológico se vuelven obsoletos en un corto período de tiempo.
Se agregó que al contratar el servicio se asegura la rentabilidad, ya que el proveedor asumirá la responsabilidad de actualizar los equipos, proporcionar mantenimiento y realizar reparaciones o sustituciones en caso de vandalismo.
Juan Fernando Arias, experto en temas de movilidad, destaca que la efectividad de los equipos de fotorradares y fotomultas está directamente vinculada a su aplicación en el marco de un programa integral de seguridad vial.
Enfatiza que, para lograr una mejora efectiva en la seguridad vial, es crucial no utilizar fotorradares y fotomultas de manera aislada, sino integrarlas como parte fundamental de un programa global. Su objetivo principal debe ser mejorar la seguridad en las carreteras, más que simplemente recaudar fondos.
Agrega que dentro de un programa integral de seguridad vial, se deben identificar sitios críticos cercanos a instituciones sensibles como escuelas y hospitales, así como cruces con alto flujo de peatones y horas con mayor incidencia de accidentes relacionados con el exceso de velocidad. Así, la selección de estos sitios debe basarse en auditorías de seguridad vial.
La implementación de fotorradares y fotomultas debe ser diseñada con precisión, asegurando que estos dispositivos no solo detecten la velocidad con exactitud, sino que también tengan un efecto disuasivo significativo sobre los conductores que exceden los límites establecidos.
Arias propone analizar tramos específicos de vías con alta accidentalidad en Quito, como Simón Bolívar, Ruta VIVA y Mariscal Sucre (Occidental).
Sugiere medidas específicas basadas en resultados de auditorías de seguridad vial, como el análisis del tramo adyacente al puente del Machángara en la Simón Bolívar.
Asimismo, destaca la importancia de establecer un esquema de comunicación efectivo para los conductores y un sistema de gestión continuo para evaluar el impacto de estas medidas en la reducción de accidentes.
La exvicealcaldesa y especialista en movilidad, Daniela Chacón, respalda la inversión en fotorradares y fotomultas, considerándola una medida positiva para abordar la principal causa de siniestros en Quito: el exceso de velocidad.
Chacón destaca la importancia de un control estricto en la implementación de estas medidas para garantizar su impacto real en la seguridad vial.
Agrega que la efectividad de fotorradares y fotomultas en Quito dependerá de una implementación cuidadosa, integrándose en un programa global de seguridad vial y priorizando lugares con mayores índices de siniestralidad.
Con información de La Hora
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