Las autoridades de Corea del Norte comenzaron este viernes a reconstruir con hormigón sus puestos de control en la Zona Desmilitarizada establecida entre las dos Coreas a raíz de la suspensión del acuerdo intercoreano alcanzado en 2018 en un intento por lograr una mejora de las relaciones entre ambos países.
Fuentes del Ministerio de Defensa de Corea del Sur indicaron que Pyongyang está haciendo uso de hormigón para reforzar estos puestos de control desde los que puede vigilar la frontera ‘de facto’ entre las dos Coreas.
En este sentido, han alertado de que Corea del Norte podría estar planteando un aumento de estos puestos y desplegar más armas pesadas y tropas en las inmediaciones ante el repunte de las tensiones en la región.
El Acuerdo Militar Integral -que estipulaba la completa desmilitarización de la zona- se firmó el 19 de septiembre de 2018 en plena atmósfera conciliadora bajo la Administración del ahora ex presidente surcoreano Moon Jae In, que viajó entonces a Pyongyang para mantener conversaciones con el dictador norcoreano Kim Jong-un.
En el marco de este acuerdo, ambos países demolieron una decena de puestos de control dentro de la zona y procedieron al desarme de cada uno de ellos, por lo que Corea del Norte contaba con 150 puestos y Corea del Sur solo con 67.
No obstante, tras la retirada de Seúl del acuerdo intercoreano, Corea del Norte ha prometido que restauraría todas las medidas militares en la zona. La suspensión temporal del acuerdo se produjo después de que Corea del Norte lanzara con éxito su primer satélite militar a mediados de noviembre.
El Ejército surcoreano ha alertado de que ha detectado también la instalación de minas por parte de tropas norcoreanas en dos carreteras poco transitadas que conectan las zonas oriental y occidental de las dos Coreas y fueron consideradas en el pasado un símbolo de la reconciliación y el diálogo entre las partes.
Además, según informaron el viernes medios norcoreanos, Kim Jong-un pidió impulsar la producción de varios vehículos de lanzamiento de misiles, calificándolo de tarea importante a fin de prepararse para un “enfrentamiento militar” con el enemigo. Y el lunes pasado, el dictador también dijo que su ejército debería “aniquilar completamente” a Estados Unidos y Corea del Sur si es provocado, según la prensa estatal.
El régimen norcoreano ha incrementado su retórica belicista en los últimos meses en respuesta a la ampliación de las maniobras militares entre Washington y Seúl. En un encuentro con oficiales del ejército el domingo, Kim apuntó que es urgente afilar “la preciada espada” para proteger la seguridad nacional, en una aparente referencia al programa de armas nucleares de Pyongyang. Citó “los movimientos de confrontación militar de Estados Unidos y otras fuerzas hostiles”, de acuerdo con la agencia de noticias estatal KCNA.
En la reunión del Partido de los Trabajadores, Kim calificó a Corea del Sur de “malformación hemipléjica y estado colonial subordinado”, cuya sociedad está “contaminada por la cultura yanqui”. Además, apuntó que su ejército debe utilizar todos los medios a su alcance, incluyendo el arsenal nuclear, para “suprimir todo el territorio surcoreano” en caso de conflicto.
Expertos señalan que este año podrían registrarse choques militares a pequeña escala entre el Norte y el Sur a lo largo de su militarizada frontera. Además, indicaron que se espera que Pyongyang pruebe misiles balísticos intercontinentales que pueden llegar a alcanzar territorio estadounidense y otras armas importantes.
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