En enero, Emiratos Árabes Unidos (EAU), el país anfitrión de la COP28, la cumbre climática de la ONU que comenzó este jueves, nombró a Sultan al Jaber, un ejecutivo petrolero, como presidente designado de la conferencia.
La decisión no sentó bien entre los activistas ambientales de todo el mundo, quienes reaccionaron con enorme indignación ante el nombramiento de quién es el director de la compañía petrolera estatal de EAU, Abu Dhabi National Oil Company (Adnoc).
Antes de ese anuncio ya se habían mostrado preocupados ante el hecho de que EAU es un petroestado, cuya economía gira en torno a la explotación de combustibles fósiles.
Miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Emiratos Árabes Unidos es uno de los 10 mayores productores de petróleo del mundo.
Además, Dubái, ciudad donde se realiza la conferencia, está rodeada de países en conflicto, por lo que todo el que quiera participar en la COP28 tendrá que llegar en avión, un modo de transporte que produce enormes emisiones de carbono.
De acuerdo con los científicos, para hacer frente a la crisis climática debe haber una reducción significativa y rápida de las emisiones de los combustibles fósiles, incluidos el petróleo, el gas y el carbón.
Pese a las inquietudes, al Jaber arrancó la cumbre anotándose un tanto al usar su primer día al frente de la COP28 para impulsar el fondo de pérdidas y daños y lograr el compromiso de los países más favorecidos para financiarlo.
Las preocupaciones
Bajo el mandato de al Jaber, Adnoc produjo más de cuatro millones de barriles de petróleo por día en 2022, un aumento con respecto a los 3,6 millones de barriles por día en 2021, según la OPEP.
Y fue él quien adelantó la fecha de 2030 a 2027 para duplicar la producción de la compañía que dirige.
Esto se suma a una investigación de la BBC publicada el pasado 27 de noviembre que arrojó luz sobre los planes del país árabe de discutir acuerdos sobre combustibles fósiles con otras 15 naciones durante la COP28, según unos documentos oficiales filtrados.
Obtenidos por el Centro de Informes Climáticos, que trabaja en conjunto con la BBC, los documentos fueron preparados por funcionarios de EAU que participan de la conferencia.
Para algunos activistas, esta es la mayor preocupación. Alegan que al Jaber podría influir en los acuerdos de la COP28 a favor de las petroleras.
“Tenemos miedo y nos preocupa que, cuando realmente haya un gran impulso para acordar la eliminación gradual de los combustibles fósiles y la introducción gradual de las energías renovables, él simplemente elija lo que le guste y lo que sea cómodo para sus intereses comerciales”, comentó Andreas Sieber, director asociado de políticas de la organización climática sin fines de lucro 350.org a la cadena NPR, socia de la BBC en EE.UU.
“Es como hacer que el director ejecutivo de una empresa tabacalera presida una conferencia sobre el cáncer de pulmón y sus tratamientos”, agregó.
Pero al Jaber negó que EAU esté utilizando la reunión para cerrar acuerdos sobre petróleo y gas.
En una conferencia de prensa el 29 de noviembre, dijo que el informe tenía como objetivo socavar su presidencia.
“Estas acusaciones son falsas, incorrectas e inexactas”, afirmó.
Sus palabras no lograron que la atención deje de centrarse en él, pese a que la cumbre se perfila como la más importante desde la de París en 2015, porque es la primera vez que los países ofrecerán la actualización más completa sobre sus planes de reducción de emisiones de carbono.
Cargos de alto perfil
Nacido en 1973 en Umm al Quwain, uno de los emiratos de EAU, Sultan al Jaber se ha destacado en su país por ocupar numerosos cargos de alto perfil.
Casado y con cuatro hijos, también es ministro de Industria y Tecnología Avanzada del país y enviado especial sobre el cambio climático, cargo que ocupó por primera vez entre 2010 y 2016 antes de su segundo mandato en 2020.
Graduado de la Universidad del Sur de California con un título en ingeniería química y petrolera, también es presidente de Masdar, una empresa de energía renovable establecida por el gobierno de EAU que ahora opera en más de 40 países.
Lanzada en 2006, esta compañía ha invertido principalmente en proyectos de energía solar y eólica con una capacidad total de 15 gigavatios.
Uno de los fundadores de Masdar y quien conoce de forma cercana a al Jaber defendió su presidencia en la COP28, precisamente por su rol en la empresa de energías renovables.
“Durante 17 años ha sido un líder de las energías renovables. Es un experto en energía convencional de petróleo y gas, pero es también un experto en diplomacia climática. Es muy difícil nombrar a alguien que tenga un mejor currículum”, le dijo Steven Geiger al programa Business Daily de la BBC.
Pero Alex Harrison, de la ONG Global Witness, dice que la petrolera Adnoc es mucho más grande, y que planifica aumentar su producción.
“Adnoc es más grande. Y si miras lo que piensa hacer es una ironía. Hemos puesto nuestra confianza en un hombre que ha hecho millones con la explotación de petróleo y gas, y planifica un aumento del 25%”, comentó.
Pero al igual que Adnoc, Masdar tiene planes ambiciosos, con el objetivo de aumentar su capacidad a 100 gigavatios para 2030 y duplicarla en los próximos años.
Con una maestría en administración de empresas de la Universidad de California y un doctorado en negocios y economía de la Universidad de Coventry, en Reino Unido, a al Jabar se le atribuye haber dirigido los esfuerzos de Masdar para lograr que la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) tuviera su sede en los EAU.
Algo inusual para un país cuya economía se basa en gran medida en la producción de petróleo y gas, EAU se ha comprometido a convertirse en una nación neutral en carbono para 2050.
Pero no ha explicado cómo lograrán este objetivo o cómo cuadra con los planes de Adnoc de explorar el petróleo y gas que queda en el país.
Defiende la tecnología
En 2009, al Jaber fue nombrado por el entonces secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, miembro del Grupo Asesor sobre Energía y Cambio Climático del organismo mundial, y tres años más tarde recibió el premio Campeones de la Tierra de la ONU por su trabajo en el avance de tecnologías de energía limpia para mitigar las amenazas del cambio climático.
Pero todas esas credenciales no impresionan a sus críticos, que sostienen que su principal interés es promover la industria petrolera.
Señalan el objetivo de su empresa de duplicar la producción de petróleo en los próximos cuatro años como la mayor prueba de ello.
Según la OPEP, EAU tiene unas reservas de petróleo crudo de 111.000 millones de barriles.
En el pasado, las cumbres del clima han sido criticadas por permitir que representantes de la industria de los combustibles fósiles participaran, y hubo acusaciones de que estaban influyendo en los acuerdos entre los países asistentes.
Al Jaber le dijo a The New York Times en septiembre que los avances en cumbres climáticas pasadas se vieron obstaculizados porque los activistas sobre el clima y los representantes de los combustibles fósiles se menospreciaban entre sí.
“¿Por qué estamos luchando contra las industrias? La lucha contra las emisiones debería centrarse en reducir las emisiones en todos los ámbitos, ya sea petróleo y gas”, le dijo al periódico.
Los activistas climáticos dicen que la culpa es de la industria de los combustibles fósiles.
“Como activistas climáticos, no confiamos en la industria de los combustibles fósiles, que tiene una larga historia de negación y obstrucción, y ha causado retrasos en la acción climática a través de la desinformación”, comentó Harjeet Singh, director global de estrategia en la organización Climate Action Network Internacional, quien participa en las negociaciones de la COP28.
Al Jaber también sostiene que la tecnología ayudará a la industria de los combustibles fósiles a descarbonizarse.
Pero los científicos dicen que estos avances, como la captura y almacenamiento de carbono, aún no han sido probados y lo poco que se ha logrado no funciona a gran escala todavía.
“La industria de los combustibles fósiles está promoviendo ahora el uso de tecnologías ineficaces y no probadas, como la captura y el almacenamiento de carbono, para ampliar el uso de combustibles fósiles e impedir una transición urgente hacia tecnologías más ecológicas”, afirmó Singh.
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