La Asamblea Nacional cumplió tres semanas de trabajo, después de su reinstalación tras seis meses sin funcionar por el decreto de la muerte cruzada. En este tiempo, el presupuesto de la institución se redujo drásticamente, pues se terminaron anticipadamente los contratos de la mayoría de funcionarios que trabajaban bajo esa modalidad.
Henry Kronfle, presidente de la Asamblea, aseguró que el presupuesto de 2023 hasta antes de la muerte cruzada era de USD 51,5 millones, pero que él recibió la institución con un presupuesto de USD 33,9 millones. Es decir, una reducción del 39%.
Dijo que ha encontrado una serie de problemas administrativos, de orden financiero e institucional. Y que la operatividad de la Asamblea cuando llegó el nuevo período legislativo era de apenas el 29%, por la bajísima cantidad de funcionarios que estaban en sus cargos para el 17 de noviembre.
Justamente la reducción del presupuesto de la Asamblea se debe principalmente al recorte de personal. Los sueldos de la burocracia legislativa corresponden a más del 85% de su presupuesto.
Ahora, el reto es volver a completar los cargos hasta el fin de año, con el ajustado presupuesto. Para 2024, Kronfle deberá gestionar, de ser el caso, más recursos que le permitan ejecutar su plan de “ciudadanización” del Legislativo y la obtención de tres certificaciones ISO.
Hasta el 23 de diciembre, las instituciones públicas deben enviar sus presupuestos a Finanzas para la construcción de la nueva proforma del Presupuesto General del Estado.
Una institución con mucho personal La Asamblea es una institución que no trabaja con gasto de inversión, pero sí con mucho gasto corriente, por la gran carga de funcionarios públicos que tiene.
Además de los 137 asambleístas, unas 600 personas trabajan como asesores y asistentes de los despachos y de las comisiones. A esto se le suma el personal administrativo de la Asamblea.
Tras la muerte cruzada, el 17 de mayo de 2023, apenas 228 funcionarios (de los 1.360 que trabajaban allí) se mantuvieron en sus cargos. Se quedaron sólo los servidores que tenían nombramiento y los que no podían ser separados, como mujeres embarazadas, en periodo de lactancia o personas con discapacidad.
Para finales de octubre de 2023, 190 funcionarios estaban en nómina, según la sección de Transparencia de la Asamblea. De ellos, 88 tenían nombramiento y 102, contrato ocasional. Según el distributivo de personal de ese mes, todos trabajaban en las áreas administrativas.
Para la sesión de instalación, el Legislativo además contrató a 60 personas para el área administrativa. Estos trabajadores, más los 137 asambleístas, completan los 387 funcionarios que Kronfle dice que encontró tras su posesión.
Es decir, lo que falta es la contratación del personal legislativo, que siempre se hace en los primeros días del periodo. Cada asambleísta tiene derecho a un equipo de cuatro funcionarios (dos asesores y dos asistentes), por lo que sólo en esas contrataciones entrarán unas 548 personas.
Lo que queda
A la Asamblea le queda menos de un mes para funcionar con el recortado presupuesto. Le quedan unos USD 6,6 millones por ejecutar en diciembre. De acuerdo con los datos del Ministerio de Finanzas, la Asamblea ha ejecutado el 80,3% de su presupuesto.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Finanzas, la Asamblea ha ejecutado el 80,3% de su presupuesto.
Con estos recursos se debe cubrir las liquidaciones que quedan pendientes tras la muerte cruzada, más los salarios y décimos (el correspondiente a los días trabajados) de los funcionarios legislativos que ya se están contratando.
En abril de 2023, el gasto mensual en salarios de los más de 1.000 funcionarios de la Asamblea fue de USD 2,87 millones. Es decir, que los recursos que quedan serían suficientes.
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