Desde la academia se impulsa estrategias para aportar al desarrollo del país, a través de la investigación aplicada y la vinculación en sectores estratégicos como el de la construcción. La Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), a través de sus diferentes facultades y unidades académicas, ha generado una serie de propuestas que aportan con sectores productivos, como es el caso de la construcción, reconociendo en este un importante potencial por su contribución al Producto Interno Bruto (PIB). Berenice Zúñiga Torres, coordinadora académica de UTPL TEC y docente de la Facultad de Ingenierías y Arquitectura, lidera varias iniciativas que pretenden principalmente destacar procesos, materiales y técnicas sostenibles en el ámbito de la construcción.
Las claves
Precisamente, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de construcción sostenible y, por ende, de viviendas sostenibles?
La sostenibilidad es un concepto que ha tomado gran incidencia en los últimos años, principalmente alineada a procesos que permiten contribuir con el medio ambiente. El caso de la construcción no es diferente. En su aplicación, hablar de edificaciones sostenibles es precisar el uso de materiales y técnicas que se involucran en el ciclo de vida de un proyecto de construcción, desde su fase de planificación, operación, mantenimiento y cierre y que pueden reutilizarse y aprovecharse bajo el principio de economía circular; además del uso de la tecnología y herramientas digitales para optimizar tiempo y recursos.
¿Cuáles son las características que deben tener los materiales y técnicas de construcción para que sean calificados sostenibles? ¿Se encuentran estos disponibles en el país?
Es importante señalar que como constructores estamos llamados a buscar alternativas que permitan minimizar el consumo de materiales o recursos de origen natural, considerando aspectos como la escasez de estos debido a su explotación en el tiempo, así como los procesos de extracción que destruyen el medio ambiente. Estos aspectos aparecen como una oportunidad para presentar nuevas alternativas de materiales que se obtienen a partir de un proceso de economía circular, reflejada en la rehabilitación y reutilización de materiales, además de contribuir con la disminución del impacto medioambiental. Como universidad trabajamos en procesos de investigación aplicada para obtener estos nuevos materiales, por ejemplo, con el uso del suelo, al que se suma un mínimo porcentaje de cemento, aserrín o cascarilla de arroz o maní (elementos que aportan a mejorar las características mecánicas de los materiales, como su resistencia) para lograr nuevos insumos con alta resistencia y durabilidad, cuidando la seguridad y también la estética. Asimismo, se ha trabajado en laboratorio con la incorporación de nanotubos de carbono, generando materiales avanzados para su empleo en la construcción de obras civiles.
Se ha logrado los materiales, pero ¿qué pasa con su aplicación?
Efectivamente existen avances importantes en la identificación e incluso elaboración de estos nuevos materiales, a lo que se suma el uso de la tecnología para optimizar el ciclo de vida de un proyecto constructivo, sin embargo, aún queda un camino por recorrer en cuanto a la vinculación de actores estratégicos públicos y privados que aporten al crecimiento de toda la cadena de valor de la construcción. Se presentan desafíos como generar una transformación digital en el sector de la construcción, donde se incluye la formación permanente de obreros, maestros y constructores, y la incorporación de nuevos perfiles profesionales técnicos-tecnológicos, entre otros, además de lograr la confianza en el uso de estos materiales. Esto implica un cambio en la cultura, la cual evidencia el uso de materiales tradicionales, aunque no deben descartarse procesos innovadores que tienen gran demanda y rentabilidad en países del continente europeo.
¿Por qué considera usted que no se ha logrado escalar de forma inmediata en cuanto al involucramiento de nuevos materiales y técnicas?
Existen notorios avances que principalmente se identifican desde los esfuerzos de la academia y del sector privado, sin embargo, uno de los principales retos es lograr que se reconozca la reducción y optimización de costos. Si bien en un principio se presenta como un proceso costoso, se valida que su aplicación continua evidencia una notoria disminución, además de las oportunidades de contribuir con la disminución del impacto medioambiental. En el caso del uso de la tecnología se mejora la capacidad humana para responder en menos tiempo los procesos constructivos en todas sus etapas.
Retomemos el aporte que se genera con el uso de estos nuevos procesos y materiales…
El principal aporte es que todo material puede ser reutilizado. Además, a partir de eso es posible contribuir con la eficiencia energética a través del uso de materiales que aportan a la reducción del aislamiento térmico y pérdidas de calor y frío en las edificaciones, mejorando la experiencia del usuario. También como aspecto fundamental se presenta una importante reducción del impacto al medio ambiente gracias a la gestación de nuevos materiales, cuya vida útil es prologada, con alta resistencia y que brindan protección contra factores ambientales adversos.
El aporte de nuestras investigaciones y aplicaciones también se evidencia en la aplicación de metodologías como BIM, que permite construir antes de construir, es decir que desde el ámbito digital se elaboran proyectos multidisciplinarios con los que es posible medir tiempos, cantidades y optimización de materiales, entre otros.
¿Cuál es el escenario actual de aplicación en nuestro país?
Considero que estamos por buen camino ya que en Ecuador existen algunos edificios que, si bien no incluyen estos nuevos materiales y procesos en todos sus ciclos, sí lo hacen en gran parte, como es el caso de la planificación. Nos atrevemos a afirmar que el país ya se está construyendo con innovación y el constructor va perdiendo el miedo a la sostenibilidad en este campo.
En cuanto a la metodología BIM de la que hablamos previamente, como UTPL hemos levantado dos edificios del campus, con el fin de aportar en los procesos de operación y mantenimiento. La proyección es contar con el levamiento de toda la infraestructura del campus bajo esta metodología. En Ecuador, esta metodología es habitual en empresas grandes y en proyectos mineros por la eficiencia e interacción de los roles que son parte, logrando la interacción de todas las disciplinas. Además, es importante destacar que como universidad somos parte de BIM Forum de Ecuador que busca impulsar esta línea.
¿Qué otros aportes se han logrado desde la universidad?
Como universidad, además de la investigación también se trabaja en programas de formación porque se cuenta con un programa de maestría y diplomados. A esto se suma la iniciativa Construcción 4.0 que integra a la Facultad de Ingenierías y Arquitectura y a UTPL TEC con miras a fortalecer la transformación digital del sector de la construcción, principalmente desde la transferencia de conocimiento, la vinculación con el sector privado y sectores estratégicos.
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