La ‘moda rápida’ o ‘fast fashion’ sufre un revés en Bangladés, donde sus sindicatos de empresas textiles salieron a las calles a protestar, en reclamo de mejores salarios, este 3 de noviembre.
Este país de Asia es el segundo mayor exportador de ropa del mundo, por detrás de China, y tiene unas 3.500 fábricas que son proveedores de las principales marcas globales, y algunas presentes en Ecuador, como Zara, H&M, o Gap.
Pero los cerca de cuatro millones de trabajadores del sector, en su mayoría mujeres, tienen salarios míseros, con un sueldo mínimo de USD 74 al mes.
Decenas de fábricas fueron saqueadas por los obreros en huelga y otras industrias fueron cerradas por sus dueños para evitar actos de vandalismo.
Entre las factorías cerradas hay “muchas de las fábricas más grandes del país, que confeccionan ropa para casi todas las grandes marcas” occidentales, declaró Kalpona Akter, presidenta de la Federación de Trabajadores de la Confección y la Industria de Bangladés (BGIWF).
La sindicalista mencionó a Gap, Walmart, H&M, Zara, Bestseller, Levi’s, Marks and Spencer, Primark y Aldi.
Todas estas marcas son exponentes de la llamada tendencia ‘fast fashion’, que produce prendas en muy poco tiempo, y con materiales de baja calidad; para luego venderlas en perchas a precios relativamente ‘asequibles’.
Al menos dos personas murieron en la represión de estas protestas y decenas fueron heridas, según la policía.
Los obreros movilizados exigen un salario mínimo de USD 208, casi tres veces más que el sueldo actual, para hacer frente al fuerte aumento del costo de la vida.
La Asociación de Fabricantes y Exportadores de Ropa de Bangladés, que representa a los propietarios de fábricas, propone un aumento del 25%.
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